El miedo de muchos colombianos a que el exguerrillero Gustavo Petro alcanzara la presidencia del país, que ya impidió su elección en dos ocasiones anteriores, no fue suficiente para negarle la victoria en las elecciones del pasado domingo.
El recelo que también provocaba su contrincante, el empresario populista Rodolfo Hernández, quien contra pronóstico pasó a la segunda vuelta, acabó elevando el número de votos en blanco a 500.000 y el de nulos a 270.000: de haber sido todos ellos para el aspirante sorpresa le habrían dado el triunfo, pues Petro ganó por 700.000 votos, obteniendo 11.290.000 (el 50,44%) frente a los 10.580.00 de Hernández (47,31%).
Los Acuerdos de Paz de 2016, con la desmovilización de las FARC (aunque algunas disidencias siguen en armas, como también la guerrilla del ELN), han abierto la política colombiana, contribuyendo a su normalización y haciendo posible que por primera vez gane la izquierda.
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