Cuando los vecinos de la zona de El Milagro, un barrio relativamente acomodado de la ciudad venezolana de Maracaibo, vieron como la Policía se llevaba detenida a una mujer, no imaginaban que eso iba a desencadenar un nuevo roce diplomático entre Venezuela y Colombia.
Por BBC
La detenida resultó ser Aída Merlano, excongresista colombiana huida de la justicia de su país desde el año pasado, cuando aprovechó una salida al dentista para escapar de la cárcel en la que cumplía condena.
Tras su detención el lunes, el gobierno de Iván Duque anunció que solicitaría su extradición. Eso sí, al líder opositor Juan Guaidó, a quien Colombia, como otros muchos países, reconoce como presidente interino de Venezuela.
Su rival, el dictador Nicolás Maduro, a quien obedecen los agentes que detuvieron a Merlano, calificó de «verdadera ridiculez» el hecho de que Bogotá le solicite la extradición a Guaidó y no a él.
Las imágenes de su fuga provocaron una enorme polémica en Colombia
Este lunes, más de tres meses después, agentes de la Fuerza de Acciones Especiales de la Policía venezolana la detuvieron en Maracaibo, resolviendo así la incógnita de su paradero.
El fiscal general del régimen de Maduro, Tarek William Saab, informó que había sido imputada por los delitos de usurpación de identidad, uso de documento falso y asociación para delinquir.
Cómo afecta el caso Merlano a las relaciones entre Venezuela y Colombia
Según Cuervo, «si la hubieran detenido en Ecuador o Perú, no habría ningún problema en tramitar vía Interpol su extradición a Colombia».
Pero, tratándose de Venezuela, las cosas no son tan sencillas.
Al poco de conocerse su detención, el Ministerio de Justicia colombiano anunció que pediría la extradición «ante el legítimo gobierno de Venezuela, en cabeza de Juan Guaidó».
Poco después, la oficina de Guaidó prometía «toda la colaboración posible, en el actual contexto de secuestro institucional» al que, según él, Maduro somete a su país.
Maduro, a cuyo gobierno obedecen las fuerzas de seguridad, no tardó en burlarse de la incapacidad de Guaidó para cumplir con la solicitud colombiana.
«Manda tu carta a Guaidó; cómete otra imbecilidad más», le dijo al presidente colombiano.
La situación de Merlano ha colocado en una posición incómoda al gobierno colombiano.
El ejecutivo de Iván Duque es uno de los que, como la mayoría de países americanos y europeos, consideran a Maduro un gobernante ilegítimo y reconocen en su lugar a Guaidó. De hecho, Bogotá ha sido uno de los principales apoyos en la región del presidente de la Asamblea Nacional.
Jairo Libreros, analista colombiano sobre temas de seguridad y defensa, le dijo a BBC Mundo que «Colombia cerró completamente los cauces de comunicación con las autoridades venezolanas y, si ahora pidiera la extradición de Merlano, estaría implícitamente reconociendo a Maduro».
El incidente en torno a la excongresista no es el primer desencuentro en las difíciles relaciones entre Caracas y Bogotá.
Maduro suele achacar muchos de los problemas de su país a la «oligarquía colombiana al servicio del imperialismo yanqui» y en 2018 llegó a culpar al expresidente colombiano Juan Manuel Santos de un complot para asesinarlo.
El gobierno de Duque califica a la Venezuela de Maduro como una «dictadura» con vínculos con el narcotráfico y la acusa de dar cobijo a disidentes de la guerrilla de las FARC que el pasado agosto anunciaron su vuelta a las armas.
Qué puede hacer Duque… ¿y Maduro?
Jorge Iván Cuervo sostiene que «Colombia ha quedado ahora atrapada en el mismo cerco diplomático en el que trató de encerrar a Maduro».
«El reconocimiento a Guaidó era, sobre todo, simbólico», añade.
Libreros indica que el episodio muestra lo «errónea» que ha sido la política venezolana del gobierno Duque y tacha de «chiste» la decisión de solicitar a Guaidó una extradición que no puede hacer efectiva.
«Al gobierno colombiano apenas le quedan opciones en este asunto», concluye Cuervo, aunque la ministra de Exteriores de Colombia, Claudia Blum, mantiene la esperanza.
«Veremos qué sucede; esperamos que la señora Merlano responda ante las autoridades colombianas», le dijo a la cadena RCN.
Libreros apunta que, para Maduro, en cambio, «la captura de Merlano es maná caído del cielo, ya que es depositaria de secretos comprometedores sobre las prácticas de corrupción electoral en la élite política colombiana».
«Y Maduro podría estar interesado en hacerlos públicos para contrarrestar las críticas por dictador y corrupto que suele recibir desde Bogotá».
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