2019 fue literalmente, el año en que el mundo ardió. El año comenzó con Tasmania en llamas. Durante el verano la gente incendió el Amazonas, el estado de California estalló en un ardiente infierno y el Ártico tampoco descansó. Ahora, los incendios forestales fuera de control de Australia están matando koalas y zorros voladores mientras dejan a Sídney bajo una neblina tóxica.
Para comprender realmente la magnitud de los incendios que han azotado a nuestro mundo, lo mejor es verlo desde un satélite. El Programa Copérnico de la Unión Europea permite hacer justamente eso, ofreciendo una vista donde los espectadores pueden apreciar detalladamente las llamas en todo el planeta. Se pueden ver puntos calientes en África, América del Sur y el sudeste de Asia, que nunca parecen tener un descanso durante todo 2019. No se pueden ver a primera vista los incendios en las partes más nevadas del mundo, como el Ártico, pero cuando el video llega a verano se hace más evidente. El hielo comienza lentamente a retirarse hacia el norte y después… ¡Fuego!. Las imágenes muestran la potencia diaria del fuego en vatios por metro cuadrado, algo que se aprecia en forma de llamas anaranjadas.
Los incendios forestales han afectado básicamente a todas las partes del mundo en 2019, y esto ha tenido consecuencias terribles. Tales acontecimientos ardientes solo empeorarán a medida que el planeta continúe calentándose. Eso es lo que hace el cambio climático, y lo seguirá haciendo a menos que dejemos de emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera. Las altas temperaturas secan la vegetación y crean las condiciones perfectas para que se produzcan incendios y se propaguen. Como resultado, los ecosistemas están sufriendo, pero, lo que es más importante, también las personas.
Después de su peor temporada de incendios registrada el año pasado, las empresas de servicios públicos en California que provocaron algunos de esos incendios mortales recurrieron a los cortes de energía durante días para evitar más incendios (algo que no siempre funciona). Además, después tenemos esa niebla tóxica de la que ya hablamos en el caso de los mega incendios que continúan ardiendo en Australia. Y los incendios en el Amazonas han sido básicamente una forma de genocidio contra grupos indígenas.
Esto fue en 2019. Imagina cómo será la próxima década.
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