La NASA difundió esta semana el visible deterioro que ha sufrido el robot Curiosity en sus ya 9 años en el planeta Marte. Concretamente, el rover que aterrizó en el cráter Gale el 9 de agosto de 2012, ha sufrido la rotura de varias partes de sus ruedas construidas con aluminio.
Esta no es la primera ocasión que la agencia encuentra señales de desgaste en el rover, ya que en 2017 y 2018 mostraron el comienzo del deterioro. Se cree que los daños fueron provocados por subir las muchas afiladas rocas que ha tenido que “trepar” el rover durante su paso por el Monte Sharp, la zona de Marte que explora el vehículo. Incluso la NASA reveló que Curiosity tuvo que cambiar su ruta inicial para evitar muchas otras rocas peligrosas.
“Las ruedas están acercándose a un hito de desgaste, pero es parte del ciclo de vida esperado y es algo que no cambia nuestros planes científicos ni disminuye nuestras posibilidades de estudiar la mineralogía más alta del Monte Sharp”, indicó Jim Erickson, jefe de proyecto de Curiosity.
Hasta hoy el rover ha recorrido más de 27 km, en sus 3.356 días marcianos (3.448 días terrestres, lo que corresponde a 9 años) que “ha vivido” desde su aterrizaje, por lo que todo lo que pueda aportar para entender a Marte es ganancia para la ciencia. Es un hecho que las ruedas de Curiosity se desgastarán más con el uso, pero se calcula que logrará terminar sus misiones complementarias antes de dejar de funcionar.
Si bien el daño parece importante, los científicos de la NASA aseguran que Curiosity seguirá rodando por mucho tiempo. “Se espera que la odometría predicha actual restante sea suficiente para apoyar a Curiosity durante el resto de la misión. Los cortes en las ruedas del rover siempre se ven más desagradables de lo que son”, afirmó Andrew Good, portavoz del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA en el sur de California, que administra la misión de Curiosity.
El Curiosity, del tamaño de un pequeño automóvil, aterrizó en el cráter Gale en Marte, con la misión de determinar si el área podría haber albergado vida microbiana. El robot pronto respondió esa pregunta y descubrió que Gale albergaba un sistema de lagos y arroyos potencialmente habitable en el pasado antiguo que probablemente persistió durante millones de años a la vez.
Desde septiembre de 2014, Curiosity ha estado escalando las laderas del monte Sharp, que se eleva 5,5 kilómetros hacia el cielo desde el centro de Gale. El rover está leyendo las capas de roca a medida que avanza, buscando pistas sobre el cambio de Marte hace mucho tiempo de un mundo relativamente cálido y húmedo al gélido planeta desértico que conocemos hoy.
Deterioro y cambio de ruta
Las ruedas del rover comenzaron a mostrar signos de desgaste relativamente temprano en la misión, lo que animó a sus controladores a tomar algunas medidas de mitigación, por ejemplo, eligiendo rutas a través de terrenos más suaves cuando sea posible, y finalmente emitiendo un software de “control de tracción” que ajusta la velocidad de Curiosity dependiendo en el tipo de suelo que está atravesando.
“Esas medidas parecen haber funcionado”, dijo Good, señalando que el equipo de la misión recientemente comenzó a tomar imágenes de inspección de ruedas cada 1000 metros de terreno recorrido en lugar de cada 500 m, como había sido la norma.
Las experiencias de desgaste de las ruedas de Curiosity ayudaron a dar forma al diseño del próximo rover de Marte de la NASA, Perseverance, que aterrizó en el suelo del cráter Jezero en febrero de 2021. Por ejemplo, las ruedas de Perseverance tienen un diámetro ligeramente mayor y tienen el doble de bandas de rodadura que las de Curiosity. Las mismas están suavemente curvadas en lugar de tener forma de cheurón o V.
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