Los estados Yaracuy y Portuguesa están resultando ser más atractivos para empresarios de estados como Lara, debido al incremento que han tenido en 18 meses los impuestos municipales y los servicios públicos con fallas continuas, que hacen de Barquisimeto una de las ciudades más caras de Venezuela para el sector productivo. Representantes de las cámaras económicas de Lara, denunciaron que impuestos paramunicipales, como la recolección de desechos sólidos, cuyas tarifas emitidas por Fospuca, empresa contratada por Imaubar, han sido el principal dolor de cabeza del sector, porque algunos locales comerciales registran un incremento hasta de 46.000 % en un año, a pesar que sólo puede laborar dos semanas al mes por el esquema de cuarentena 7+7.
Ana Uzcátegui | La Prensa de Lara
Lino Palencia, miembro de la Cámara de Importadora y Distribuidora de Repuestos de Lara (Cidralara), indicó que los empresarios deben pagar al año de 15 a 17 tasas de impuestos, todas han aumentado sin que los ajustes se transformen en calidad ni mejora. Los precios de Fospuca, Hidrolara y Cantv han tenido variación mes a mes, al igual que el impuesto de Propiedad Inmobiliaria, Patente de Vehículo, Publicidad y actividad económica que se deben cancelar a la alcaldía.
Con facturación detallada, explicó que el aumento más exorbitante es el de Fospuca. Un local ubicado en la calle 42 de Barquisimeto que comercializa repuestos llegó a tener una facturación mensual del servicio en diciembre de 2019 de 288 mil 814 bolívares, pero en diciembre de 2020 el monto fue de 135 millones 251 mil 847 bolívares. Un aumento de 46.819,20 %. «Son montos que no se justifican, ni porque los carros de Fospuca sean blindados, forrados o enchapados en oro», exclamó.
Indicó que el 70 % de los comercios de Iribarren han cerrado por la crisis económica o están laborando en la informalidad a través del comercio electrónico. En el caso de las empresas del sector automotriz, las ventas son el 15 % de lo que eran en el pasado, han perdido 85 % de ingresos brutos. A eso le suma que en pandemia tan sólo están laborando el 28,5 % del tiempo requerido al día. Un cúmulo de cosas inciden por esta pérdida del tiempo productivo, como la dificultad de conseguir gasolina o la falta de transporte público para que los trabajadores lleguen a tiempo, horarios impuestos en cuarentena radical o los cortes eléctricos.
En el caso de Hidrolara, el servicio de agua en enero de 2019 que pagó esa misma empresa fue de 1.074 bolívares, pero la tarifa se infló a 43 millones 424 mil 726 bolívares en enero de 2021, un aumento de 21.908 %, a pesar de que no recibe agua por tubería todos los días. Este es el segundo servicio más costoso en el municipio.
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