Desde hace seis años, el gobierno de Estados Unidos viene recaudando evidencia sobre los pasos oscuros de Tareck El Aissami, exministro de Petróleo de Nicolás Maduro que renunció a su cargo para no obstaculizar las investigaciones por hechos de corrupción en la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y otros organismos oficiales del régimen.
El Aissami, de 48 años, ha estado bajo los reflectores de la Oficina de Control de Activos de Extranjeros (OFAC) en el rango de “narcotraficante especialmente designado”. Y agentes federales también le seguían el rastro al escándalo que estalló esta semana y que involucra el desvío de grandes sumas de dinero de Pdvsa.
Le han venido localizando empresas y lujosos bienes que pueden estar vinculados a ambas investigaciones, reseñó el diario El Tiempo de Colombia.
El Departamento del Tesoro bloqueó ocho empresas en el exterior y no se descarta que ahora estén ligadas al desvío de fuertes sumas de dinero a través de criptomonedas.
El entramado societario pasa por Islas Vírgenes Británicas, Panamá, Reino Unido y Estados Unidos. Detrás de ese rastreo estaba un supuesto testaferro del exministro a quien la OFAC identificó en su momento como Samark López.
Uno de los bienes identificados fue un jet ejecutivo de cerca de 10 millones de dólares: se trata de una Gulfstream 200, con matrícula N200VR. La aeronave está ligada a una de las 8 empresas extranjeras sancionadas. Se trata de 200G PSA Holdings LLC, cuya ubicación es el 80 SW 8th Street Suite 2000, Miami, FL 33130.
López también aparece adquiriendo tres apartamentos en Brickell, elegante zona de Miami. En este caso, sin embargo, las fechas de las adquisiciones -entre 2011 y 2013- parecieran no cuadrar con los desvíos de dinero que se investigan.
A 8 millones de dólares ascienden las cifras que se pagaron por las propiedades.
Con información de El Tiempo.
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