El informe de la Misión de Determinación de Hechos sobre Venezuela ha causado asombro y rechazo entre oficiales retirados de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. El general de brigada (r) de la Guardia Nacional, José Salazar Heredia, calificó como «aberrante y nauseabunda» la complicidad activa y pasiva de militares que practican métodos de tortura contra sus propios compañeros.
Infoabe | Sebastiana Barráez
“El informe menciona así mismo las instituciones Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia) y Dgcim (Dirección General de Contrainteligencia Militar) bajo la dirección de oficiales con el grado de Mayores Generales y sus sedes Fuerte Tiuna, El Helicoide y Plaza Venezuela”.
Destaca como un hecho relevante que “el director de la Dgcim es, a su vez, el responsable de la seguridad de Miraflores y su inquilino. Así mismo el informe determina la responsabilidad de los ministros de la Defensa y el de Relaciones Interiores, cargos bajo responsabilidad de dos Generales en Jefe”.
El oficial se preguntó «¿en qué momento de la carrera militar se les torció la mente? ¿Cuándo les cambió la conducta de ser un defensor del ciudadano a convertirse en un torturador experto en asfixia, mutilador de uñas y electricista de testículos?”
Salazar Heredia recordó que “en los institutos de formación militar se enseña el honor, el respeto al ciudadano y las leyes, defender la soberanía y el culto a la amistad y solidaridad”.
Revela que le causa indignación “cómo oficiales de grados subalternos se ensañan con crueldad contra superiores que fueron sus maestros y compañeros en las faenas diarias de la vida militar”.
“El informe describe las cualidades de cada uno y su experticia en materia de hacer confesar o firmar declaraciones impuestas por delitos no cometidos. Expertos en asfixias, golpes con bates sin dejar huellas, ingesta de heces, sofocos con agua, extracción de uñas, convivir con alimañas, dormir desnudos en el piso frío, tortura psicológica y aislamiento por tiempos prolongados sin tomar el sol”.
Sentencia el alto oficial que es “todo un manual de torturas puesto en ejecución en las prisiones militares de Venezuela, por militares, para militares detenidos por pensar y practicar lo enseñado y aprendido: el Honor Militar”.
Finaliza diciendo el general Salazar Heredia que la FANB “en las entrañas de cada uno de sus miembros, oficiales, tropa profesional, soldados, empleados civiles, debe estar rumiando de tristeza e incomprensión al conocer que adentro de la institución militar se tortura a compañeros y se mancilla lo más sagrado de un militar: su honor”.
Acosta murió en el Tribunal
Walewska Pérez, esposa del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, dijo en un foro sobre el Informe de la ONU y las violaciones de derechos humanos en Venezuela, que lo ocurrido con la tortura y asesinato de su esposo “la marcó como familia”.
Calificó de horrendo lo ocurrido. “Duró ocho días desaparecido, guindado en un árbol, dándole con palos, disparándole cerca del oído, le echaban ácido a las heridas, costillas fracturadas, le metían electricidad; no hubo parte de su cuerpo que no lo tocaran”.
Narra que cuando lo llevan a los tribunales, el abogado dice en las condiciones que lo vio. “En una silla de ruedas, que no podía articular palabras, la mirada perdida, que lo único que alcanza a pedir es auxilio y muere delante del juez. Aun así, el régimen dice que murió en el trayecto al Hospitalito”.
“A él no tenían por qué secuestrarlo, por qué presentarlo a esos tribunales militares, donde presentan a estudiantes, a civiles. Al hospitalito en Fuerte Tiuna llevan a todos los que son torturados; ahí hay complicidad del juez, los tribunales y los médicos, que le pudieron salvar la vida, porque era un caso para intubarlo, pero aún en los tribunales le daban golpes”.
La señora Pérez viuda de Acosta desecha la idea de que Nicolás Maduro no sepa lo que está sucediendo. “En el 2013 una abogada que está denunciando casos de torturas ante la Corte Penal Internacional, publicó dónde queda la finca Sorocaima en La Mariposa, se dieron hasta las coordenadas, de esa casa clandestina de tortura. ¿Dónde está el Alto Mando Militar? Se sabe que hay torturas, violan estudiantes, padres, en este momento están siendo torturados”.
Reconoce que no pueden acudir ante instancias venezolanas “porque el Estado maneja todos los tribunales”, como ejemplo señala que se dijo que habían agarrado a dos implicados por el caso del capitán Acosta, pero “no son esos dos. ¿Dónde está la cadena de mando? Ignoran la Ley contra la Tortura, A Rafael (Acosta Arévalo) tenían que darle garantías estando en manos del Estado”.
Fue enfática al afirmar que “nosotros como víctimas necesitamos el apoyo internacional. No podemos aceptar que el régimen tenga una silla en la ONU, cuando cometen crímenes de lesa humanidad”.
Finalmente confiesa que no tuvo el valor de leer todo el informe de Determinación de los Hechos, “porque son muy fuertes los testimonios de las personas. Tenemos que denunciar y no podemos permitir que vuelva a suceder lo ocurrido con Fernando Albán y con Rafael Acosta”.
Con información de Infobae
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