Hablar de periodismo venezolano implica también hablar de periodismo fuera de Venezuela. Entre los más de cuatro millones de personas que han salido del país desde el 2015, están representados todo tipo de oficios. Los periodistas, sin embargo, arrastran su profesión como un ancla que los ata a Venezuela y cumplir el “compromiso” de hablar de los suyos allí dónde estén.
Por Alejandra Arredondo / VOA
Muchos son los ejemplos. Mirelis Morales vive en Perú hace dos años y desde Lima, colabora con varios medios internacionales. Cuenta que un tema que intenta siempre poner en los ojos de sus editores es la migración venezolana hacia el país, que ya supera las 768.000 personas.
“Para mi es un compromiso con mi comunidad seguir visibilizando su situación”, explicó Morales a la Voz de América en una videollamada.
El mayor reto: cubrir migración, siendo ella misma migrante. “De alguna forma te sientes parte de lo que estás contando”, aseguró. Sin embargo, ve esencial “instruir a la gente dentro de su proceso migratorio”.
Cientos de kilómetros hacia el norte de donde vive Morales, Jefferson Díaz, también periodista y expatriado, hace lo mismo que su colega, pero en la capital de Ecuador: contar las historias de sus compatriotas.
A través del periodismo de migración, “procuro no alejarme de mi país ni alejarme del ejercicio periodístico de todo lo que se refiere a Venezuela”, expuso Díaz. Lo que tiene trabajar en Quito que no tiene trabajar en Caracas, Maracaibo o cualquier otra ciudad de Venezuela es, para él, la libertad.
“Todavía se puede ejercer el periodismo de una manera medianamente independiente sin tener que preocuparte porque te van a meter preso o te van a hacer un atentado por publicar algo”, dijo el reportero.
Y es que, en la región, Venezuela es el segundo país done la libertad de prensa está mas acorralada, superado solo por Cuba, según el índice del 2020 de la ONG Reporteros Sin Fronteras, que examina la pluralidad, independencia y ataques a la prensa en 180 países.
Día del periodista es un “día de reivindicación”
La presidenta y fundadora de la Asociación de Periodistas Venezolanos en el Exterior (APEVEX), Sonia Osorio, admitió en diálogo con la VOA que, desde hace varios años, el denominado “Día del Periodista” —celebrado el 27 de junio—en su país acaba siendo una jornada más de reivindicación que de celebración “por la grave situación en el país” y “por el ambiente hostil” implantado por el gobierno en disputa de Nicolás Maduro.
“Ha convertido a los periodistas en los enemigos de los ciudadanos y en su objetivo militar, y esto se traduce en agresiones, en persecuciones judiciales, en encarcelamiento, en acusaciones hacia los periodistas”, señaló Osorio.
La periodista, que impulsó la primera organización de periodistas en el exterior hace ocho años a raíz de las amenazas que vivía su profesión en el país, apuntó que el sistema judicial venezolano “ha convertido en una norma detener a periodistas, presentarles cargos y luego darles arresto domiciliario”.
“Con lo cual, ya tienes un periodista menos que no está informando de momentos tan graves como este, en medio de la pandemia, que los ciudadanos necesitan estar informados sobre esta situación del coronavirus”, agregó al respecto.
Las medidas restrictivas que el gobierno de Nicolás Maduro ha tomado para controlar la difusión de la pandemia del coronavirus, que ha dejado 4.563 contagios según las cifras oficiales, han agravado los ataques a la prensa y la censura en el país.
Según un informe realizado por Morales—con datos del Sindicato Nacional de Prensa de Venezuela—ha habido 150 periodistas víctimas de acoso, censura o insultos desde el inicio de la pandemia.
“Empeoraron las cosas (…) no solo en términos de libertad de expresión, sino de las condiciones para el ejercicio del periodismo: fallas eléctricas, falta de internet, gasolina”, señaló a la VOA Luz Mely Reyes, periodista y directora del medio online Efecto Cocuyo.
Todo esto, apuntó Reyes, en el marco del “autoritarismo” y el arresto de periodistas a los que imputan “con la llamada ley de odio”.
A pesar de las presiones, persiste el amor por la profesión
En noviembre del 2017, la Asamblea Nacional Constituyente, controlada por el partido oficialista, aprobó una ley que castiga con pena de hasta 20 años de cárcel por incitar al odio en medios, pero que ha sido utilizada, según denuncian organismos en defensa de la libertad de prensa, para perseguir a periodistas.
Según denuncia Osorio, la ley ha provocado que muchos profesionales de la información estén recibiendo “acusaciones por instigación al odio por informar en sus redes sociales por situaciones que tienen que ver con corrupción o por cualquier información que esté escondiendo el régimen (de Maduro) sobre el coronavirus”.
“Esto se traduce en censura y obligan a los periodistas a autocensurarse”, manifestó.
Además de la presión que ejerce el gobierno en disputa de Maduro, los reporteros en Venezuela se enfrentan contra otro muro que se cierra sobre ellos: presiones por parte de la oposición, encabezada por el presidente interino, Juan Guaidó.
“Un problema es que prácticas del gobierno chavista se han asumido por factores que se dicen demócratas”, acotó Reyes.
La periodista, que ha recibido varios premios por su trayectoria, aseguró que hay “mecanismos de presión sutiles” para que no se publique “determinada información, para que no se hagan comentarios que pueden afectar a un tipo de dirigente” o incluso buscar la manera de silenciar investigaciones de periodistas que muestras “irregularidades” dentro de las “fuerzas democráticas” del país.
Elber Gutíerrez, jefe de redacción de El Espectador, uno de los periódicos de circulación nacional más importantes de Colombia, tiene una palabra para describir a los reporteros y trabajadores de medios que viven en Venezuela: valientes.
“Lo están haciendo incluso a riesgo de su propia vida con tal de cumplir el deber sagrado de informar”, dijo el periodista.
En el equipo de Efecto Cocuyo, contó Luz Mely, la mayoría son jóvenes motivados por un pasión por la profesión, a pesar de las circunstancias.
“Un amor por lo que se hace, que hace que los miembros del equipo puedan superar las dificultades y sentirse comprometidos con el trabajo que están haciendo para informar a los venezolanos”, explicó.
Burlar la censura, alzar la voz
Desde fuera de Venezuela, además de los reporteros que hacen parte de la diáspora, medios en otros países del continente trabajan por llenar los vacíos de información que hay en el país o poner el foco sobre el ahogo a la libertad de prensa.
“Desde las organizaciones periodísticas lo único que podemos hacer es levantar la voz para defender aquellos que son censurados en el momento en que ocurre”, expuso Gutiérrez.
Los medios venezolanos, argumentó el periodista, pueden “buscar aliados” que crean en las mismas causas: “democracia, libertad de expresión y que contribuyan a la divulgación de los informes periodísticos que se hacen en Venezuela”.
Carlos Acosta, director de EVTV, enfocado en temas de Venezuela, afirma que su canal, con sede en Estados Unidos, trata de “burlar la censura usando herramientas” que da “la tecnología”.
Para un venezolano que vive en Caracas, aseguró Acosta, “a veces es mucho más sencillo (…) enterarse de lo que pasa en cualquier ciudad del interior viéndonos a nosotros que estamos en Miami” porque “internamente no tienen acceso a la comunicación”.
Al igual que sus compañeros en el sur del continente, para Acosta hacer periodismo desde Estados Unidos “es un compromiso que uno tiene”.
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