En las negociaciones para consolidar el exilio del presidente electo de Venezuela, Edmundo González, fueron relevantes varios personajes, como Delcy Rodríguez, vicepresidenta venezolana; Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional; Ramón Santos, embajador español en Venezuela, y el ex presidente socialista Rodríguez Zapatero.
Otro personaje, presente en la casa del embajador en Caracas mientras se debatía el futuro del ganador de las elecciones, fue Eudoro Antonio González Dellán. Así lo informó Jorge Rodríguez en una rueda de prensa el pasado jueves, aunque sin referirse a él. «No queremos revelar el nombre del interlocutor y hemos colocado distorsión para evitar que los fascistas en España, los enfermos de odio como Julio Borges, Leopoldo López y Ledezma, se lancen sobre este señor que no hizo otra cosa que servir de intérprete o comunicador de los deseos del señor González Urrutia».
A Eudoro ya se le cataloga como un «doble agente» que, aprovechando la confianza del ganador de las elecciones, intervino para «favorecer a la dictadura», según fuentes consultadas por EL MUNDO.
Eudoro es abogado y hasta hace poco fue dirigente del partido político Primero Justicia. Fue diputado suplente en la Asamblea Nacional por parte de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). También se desempeñó como jefe de la Delegación venezolana del Parlamento del Mercado Común del Sur (Parlasur). «Es una persona que ha estado, por su experiencia, muy focalizado en relaciones internacionales. Tiene relaciones amables con todo el mundo, no es una persona conflictiva, ni mucho menos», relata Julio Borges, miembro de Primero Justicia exiliado en España.
El ex diputado desempeñó un rol de mediador en otras ocasiones. De cara a las elecciones de 2018, por ejemplo, participó en las negociaciones que se efectuaron en República Dominicana entre representantes del gobierno de Maduro y la oposición. Según comentan líderes opositores exiliados en Madrid, Eudoro recibió en ese entonces amenazas del régimen y se convirtió en un perseguido político. Fue cuando decidió huir de Venezuela y asentarse en España.
«Cuando empezó la candidatura de Edmundo, a mí me impresionó encontrarme a Eudoro en Caracas. En mi cabeza tenía que estaba exiliado después de lo de República Dominicana», cuenta una de las personas que formó parte del equipo de campaña de Edmundo González y María Corina Machado, que pide mantener el anonimato por seguridad.
Para la campaña, Edmundo incluyó a Eudoro en su entorno más cercano. El padre del ex diputado, ya fallecido, fue amigo del ex diplomático, por lo que mantenían «una relación cercana y de confianza, casi familiar», según coinciden las fuentes consultadas. Esto no fue visto con buenos ojos en el equipo de campaña del Comando Con Venezuela.
De igual forma, como parte de su círculo más íntimo, Eudoro ayudó a Edmundo con distintas gestiones tras oficializar su candidatura, como el conseguirle una oficina. De hecho, el día de las elecciones estuvo junto al candidato e, incluso, se le vio arropando al líder en los vídeos del momento de su votación. Antes, hubo distintas situaciones que el equipo vio con recelo.
«Por ejemplo, un episodio fue que Eudoro se apareció en casa de Edmundo con Gustavo González López, el jefe del Sebin [Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), el brazo represor de Maduro]», comparte esa persona que vivió de cerca la campaña electoral venezolana. A su vez, indica que esas situaciones generaron «tensiones» con la líder democrática. «Todo esto María Corina lo sabe. Desde el principio notó la amenaza».
«Eudoro es una persona muy cercana a la dictadura», indica, desde Venezuela, la misma fuente, que agrega que él «tiene dinero y no lo esconde» cuando está en el país. Desde Madrid, algunos de sus compañeros de política relatan que en España él ejerce la abogacía. También cuentan que intentó emprender con una mantequería, pero el negocio «fracasó».
La última función mediadora de Eudoro ha sido criticada por la oposición en Venezuela. Sobre todo, por su ya conocida relación con Zapatero y los hermanos Rodríguez. «Es un nuevo tipo de alacranismo de la dictadura más sofisticado, que no se apalanca tanto en el dinero, sino supuestamente en valores de humanidad: un Eudoro que viene con capa y espada, montado en un corcel a rescatar a su amigo. Y llega a España en hombros porque logró salvar a un hombre bueno, esa es la narrativa».
La fuente que formó parte de la campaña también ahonda en una hipótesis de por qué el régimen sí permitió la inscripción de la candidatura de Edmundo, lo que no hizo ni con Machado ni con Corina Yoris. «Creo que la razón es que ellos sabían cómo le podían llegar Edmundo: a través de Eudoro». «Lo de Edmundo se explica en su buena fe y en los efectos del terror. Si te llega el demonio vestido de cordero para decirte «te tienes que ir, te van a matar. Yo te voy a a salvar», tú te vas con ese cordero. Eso es perfectamente humano».
Julio Borges comparte que Eudoro González ya no forma parte de Primero Justicia, a raíz de su papel negociador en el exilio de Edmundo. «La presidenta de Primero Justicia le mandó una comunicación a Eudoro diciéndole que lo que había hecho era absolutamente unilateral y no tenía nada que ver con Primero Justicia». Además, le exigían una explicación, porque en el partido desconocían ese rol que desempeñaba. «No se sabía nada en el sentido que el tema no es si hizo algo bueno o malo, sino que no informó y, cuando eres parte de un equipo, tienes que informar».
El dirigente de Primero Justicia indica que Eudoro respondió diciendo «que entendía que eso era algo que él había hecho a espaldas del partido y que él ponía en manos de la presidenta su militancia. En ese punto, en nuestras reglas de juego aplicamos la autoexclusión, que es cuando alguien hace algo de tantas consecuencias se separa automáticamente del partido». Aunque, Borges aclara que ya «llevaba años inactivo».
Mientras Eudoro fue apartado de su partido, en Venezuela algunos ciudadanos lo condenan. «Nosotros ahora podríamos estar en un escenario de negociación fructífero para el país, si quienes animaron a Edmundo a irse lo hubiesen acompañado a tomar unas decisiones en favor de la lucha democrática», reflexiona una de esas personas. Este periódico contactó con Eudoro para conocer su versión de los hechos. Pero de momento no hay respuesta. «Si Eudoro no es un doble agente, se está ganando el puesto», concluye desde Venezuela la misma fuente.
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