La Fiscalía chavista se ha lanzado con todo contra María Corina Machado, como ya hiciera en agosto y septiembre con Edmundo González Urrutia, ganador de las elecciones presidenciales. En esta ocasión el Ministerio Público de Nicolás Maduro acusa a la líder opositora de «traición a la patria, conspiración con países extranjeros y asociación para delinquir».
El pretexto: la aprobación por la Cámara de Representantes de EEUU de la ley Bolívar, por la que se impide a instituciones gubernamentales contratar a personas o empresas que mantengan lazos comerciales con el chavismo.
«Sectores de la extrema derecha liderados por María Corina Machado y otros han manifestado su apoyo a la misma, (por lo que se ha) decidido iniciar una investigación para ser imputada por la promoción y apoyo a dicho adefesio jurídico que patrocina terribles actos delincuenciales contra el pueblo venezolano», ha divagado la Fiscalía.
«La imputación no es solo un ataque contra ella, sino contra todos los venezolanos que sueñan con libertad y justicia. Este intento desesperado por silenciarla no hace más que fortalecer nuestra lucha», ha reaccionado Edmundo González tras conocer la noticia.
Machado ha evitado responder a la acusación del Ministerio Público durante su intervención en un encuentro digital con activistas de todo el mundo. «No hay mejor momento para encontrarnos, la transición en Venezuela es una prioridad mundial», ha subrayado la líder opositora al final de una semana en la que EEUU, Italia y Ecuador reconocieron a Edmundo como presidente electo del país petrolero y «donde aprobaron una iniciativa para avanzar con la Ley Bolívar en el Congreso de EEUU. He estado en conversación con el senador Rick Scott (defensor de la ley)», ha reconocido Machado.
Quien no desaprovechó su comparecencia para denunciar la enésima falsa conspiración fue Diosdado Cabello, ministro de Interior, quien acusó a Machado de recibir financiamiento del narcotráfico colombiano para financiar sus «grupos terroristas». Tanto Cabello como Maduro han situado de forma indistinta a la líder opositora en España, Panamá y Colombia, trampas sucesivas para confirmar el lugar en el que hoy se encuentra refugiada de la represión gubernamental. El chavismo lleva meses disparando todo tipo de insultos y amenazas contra Machado, «reina paraca (paramilitar)» y «reina narco» en los últimos días, en los que mezcla injurias por odio y por machismo.
Maduro repite de esta forma la presión ejercida contra Edmundo González tras el 28-J, que finalmente le forzó a abandonar su refugio en las embajadas de Países Bajos y España para exiliarse en Madrid. La Fiscalía chavista hizo públicas tres citaciones contra el ganador de las elecciones y una orden de aprehensión final por no comparecer. En ese caso, la acusación se basaba en la publicación y el mantenimiento de la web donde se podían consultar los resultados de las elecciones, que el gobierno se ha negado a mostrar de forma oficial.
Edmundo González aplastó en las urnas a Maduro, a quien venció por más de cuatro millones de votos, 67% contra 30%, un resultado histórico que la revolución no reconoce. La represión que siguió al megafraude electoral, el mayor en la historia de América Latina, ha elevado el número de presos políticos hasta casi 2.000, aunque un centenar fue liberado el fin de semana pasado.
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