La respuesta de la mayoría del pueblo venezolano a la imposición de una fecha sagrada del chavismo para las presidenciales llegó en la calle. Miles de personas se congregaron para dar su apoyo, una vez más, a la candidata opositora María Corina Machado, inhabilitada ilegalmente para las elecciones fake de la revolución bolivariana. Es precisamente en la Venezuela más profunda, la más dolorida por un cuarto de siglo de chavismo, donde ha surgido el movimiento democrático que sustenta a la ganadora de las primarias opositoras.
Por DANIEL LOZANO – EL MUNDO DE ESPAÑA
«Cuando entre en Miraflores, cada uno de ustedes entrará conmigo», clamó la candidata ante sus seguidores en Calderas, un pueblo de Barinas, que ya hace años reniega ante el título de cuna de la revolución. «Todo lo que va a pasar en la Venezuela de las próximas décadas va a depender de lo que hagamos en los próximos días. ¡Vamos juntos!», aseguró firme la dirigente de Vente Venezuela, quien contó con el respaldo explícito de María Beatriz Martínez, presidenta del partido centrista Primero Justicia (PJ), presente en la gira por el interior del país. Ante semejante gentío, Martínez no dio un paso atrás: «Lo que está hablando en Venezuela es la calle».
Machado acabó con su grito de guerra: «¡Hasta el final!», cuando el final ya tiene fecha: 28 de julio. Una fecha cargada de simbología para el chavismo, por algo es el día del natalicio del comandante supremo. Nicolás Maduro, 50 puntos por debajo de su rival en las encuestas, no ha tenido más remedio que olvidar los consejos de sus asesores cubanos, que le convencieron para sustituir el culto semirreligioso a Chávez por el culto a la personalidad del conductor de victorias (fue chófer en el Metro de Caracas), con los cómics de SuperBigote incluidos.
Todo ello en medio de la última embestida represiva contra coordinadores electorales del equipo de la candidata opositora, sindicalistas y la activista hispanovenezolana Rocío San Miguel, una de las principales referencias de la castigada sociedad civil, además de la expulsión de Venezuela de 13 funcionarios de Naciones Unidas.
El chavismo ha cronometrado los pasos a seguir para profundizar sus muchos ventajismos ya conocidos. «Desde el punto de vista técnico, el lapso de 145 días prácticamente imposibilita la realización de una jornada significativa de inscripción y actualización del registro electoral dentro y fuera del territorio nacional y la invitación de una observación electoral calificada, elementos claves del Acuerdo de Barbados», detalló para EL MUNDO el experto electoral Jesús Castellanos.
En fuera de juego quedarán de esta forma cerca de tres millones de jóvenes que todavía no figuran en el censo electoral, así como los casi cinco millones de posibles votantes que se calculan conforman la diáspora. Un voto antichavista en su inmensa mayoría.
Un cúmulo de ventajas que se suman al árbitro electoral, como ha quedado claro tras su última decisión, que fue tomada por unanimidad. El voto de los dos rectores del CNE que se supone pertenecen a la oposición, Aimé Nogal y Jaime Delfino, llenó de indignación a la Plataforma Unitaria.
«El CNE ha hablado y nosotros decimos amén, vamos a elecciones presidenciales», aseguró Maduro aunque invirtió el orden de los factores. Horas después invocó poderes sobrenaturales («la fuerza espiritual de nuestro Cristo Redentor») para recuperar el estado de bienestar dinamitado por 25 años de revolución.
La pelota en este juego electoral manipulado se encuentra ahora en el tejado político de Machado. «El chavismo busca reeditar el escenario 2018 con un agravante: sabe del agotamiento de la comunidad internacional con el caso Venezuela y entiende la improbabilidad de que vuelvan a imponerle sanciones. Pero hay una diferencia con 2018: el liderazgo y profundo deseo de cambio de los venezolanos, especialmente en el interior del país», sentenció el analista político Enderson Sequera.
El «hasta el final» de Machado implica también acudir al CNE en las fechas indicadas para la postulación electoral, entre el 21 y el 26 de este mes. «El 21 toda Venezuela acompaña a nuestra candidata unitaria a inscribirse ante el CNE», adelantó el expresidente encargado, Juan Guaidó.
En ese momento el desafío no tendrá marcha atrás, ya que la ley electoral venezolana permite cambios en listas electorales hasta 10 días antes de las elecciones. Dirigentes y analistas discuten sobre si es mejor presentar un candidato alternativo desde el primer día o apurar hasta el final, a sabiendas de que el régimen puede acogerse a la fórmula de Daniel Ortega e inhabilitar a los candidatos que pueden ganarle, que son casi todos, tal y como ocurría en Nicaragua en 2021.
«Lo que viene ahora es hacer explícito el dilema que se viene aguantando en los últimos meses sobre el camino a tomar. Hay actores políticos que ya están presionando desde la oposición más moderada, Un Nuevo Tiempo y Henrique Capriles, exigiendo desde ya un Plan B. La presión va a ser para Machado, en la medida de que haga creíble su plan va a seguir teniendo ese capital político», describió para EL MUNDO el consultor político Luis Peche.
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