Nunca pensaron que el Gobierno chavista les entregaría a Rusia. Tal vez ni siquiera conocían los estrechos lazos que unen a la dictadura de Miraflores con el zar del Kremlin. José Aron Medina, de 36 años, y Alexander Ante, de 47, sólo querían ahorrarse unos euros en un vuelo de regreso a Colombia, que hacía escala en Venezuela. Los dos antiguos militares colombianos volvían a casa después de luchar en Ucrania junto al ejército de Zelenski y ahora pueden afrontar condenas de 15 años.
El 18 de julio desaparecieron en el aeropuerto de Maiquetía de la capital bolivariana. Habían volado de Varsovia a Madrid para continuar a Bogotá, con una parada de 24 horas en Caracas. Sus familias les perdieron el rastro cuando esperaban para subir al avión. El sábado tuvieron noticias de ambos por un vídeo divulgado por el FSB, la antigua KGB. En las imágenes se les puede ver conducidos con violencia a sus celdas y, momentos después, dando sus nombres ante una cámara.
«El Consulado de Colombia en Moscú nos llamó este lunes y nos dijo que tenemos un abogado de oficio para mi esposo. Pero no sabemos nada más. Estamos desesperados, sus hijos, sus papás, no hemos podido hablar con él y no conocemos nada de allá. Solo lo hemos visto en el vídeo que salió«, cuenta a EL MUNDO Cielo Yasmine Paz, esposa de Medina, padres de dos hijos de 9 y 16 años.
«Es terrible, estamos devastados, ya venían para Colombia y el gobierno de Venezuela los deportó para Rusia. La última conversación que tuve con él fue el 18 de julio a las 17.38 de la tarde. José Arón fue soldado y decidió ir a Ucrania en noviembre de 2023 porque teníamos unas deudas y por un mejor futuro para nuestros hijos. En el tiempo que permaneció allá, se salvó de caer en muchas batallas y es injusto que lo deporte Venezuela. Nunca nos lo imaginamos». Suplica que lo traten bien, que es un buen ser humano que sólo buscaba lo mejor para su familia.
El senador José Jaime Uscátegui, del conservador Centro Democrático, especializado en temas militares, confirma que, sin adivinar lo que ocurriría, «ellos cometieron el error de llegar al aeropuerto con alguna prenda militar o una bandera alusiva a Ucrania, y eso imagino que encendió las alertas para que emigración chavista los detuviera y los interrogara hace más de un mes».
La mujer de Medina puso la denuncia por desaparición forzada en Popayán (Colombia), donde residen, y repartieron letreros de los dos soldados advirtiendo de lo sucedido. El senador, por su parte, mandó «un oficio a la cancillería colombiana y a la embajada de Venezuela en Colombia y los dos se comprometieron a averiguar su paradero».
Para Uscátegui, «la sorpresa es que los dos aparecen detenidos en una cárcel en Rusia, serán juzgados y podrán ser condenados a penas de 15 años. No entendemos por qué, si estaban en Caracas, aparecen extraditados a Rusia y no se agotó antes el canal diplomático con Colombia. Es decir, el régimen venezolano se siente más comprometido a cumplirle a Rusia que a su país hermano, con el que hay convenios y tratados de distinta naturaleza. Y también es evidente que los organismos contactados no hicieron nada durante un mes y sientan un preocupante precedente».
En los documentos citados, remitidos al senador Uscátegui, el Consulado General de Colombia en Caracas asegura que «procedió a hacer consultas con las autoridades venezolanassin que se haya obtenido una respuesta oficial«. Y agrega que, «adicionalmente, el 25 de julio, la Embajada de Colombia en la República Bolivariana de Venezuela, remitió comunicación diplomática al Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores, en la que se consulta sobre la situación de los connacionales en mención. El Ministerio de Relaciones Exteriores (de Colombia), por tanto, se encuentra a la espera de la respuesta». Además, solicitaron permiso para que, en caso de que se encontraran en custodia de alguna autoridad venezolana, se autorizara «su correspondiente visita consular».
En el comunicado del FSB indican que en el equipaje de los dos militares hallaron «documentos que confirman sus actividades ilegales, así como uniformes militares de estilo ucraniano con la insignia del Batallón Carphatian Sich«.
Son decenas los ex militares de Colombia que se alistan en el Ejército de Ucrania para ganar un salario que suele rondar los 2.500 euros, cifra que triplica lo que reciben al jubilarse. Son numerosos los que mueren en el frente, según afirman uniformados colombianos que luchan en el país invadido por Rusia, si bien no existen cifras exactas.
EL MUNDO conoció que las fuerzas de Putin han iniciado una campaña para hacerse con los servicios de ex policías o ex militares colombianos. Por medio de mensajes de whatsapp, intentan reclutarlos ofreciendo hasta 8.000 dólares el primer mes, después pagarán un salario de 2.400 dólares y si permanecen de tres a cinco años, les darán una casa y pasaporte ruso. Ofrecen recogerles en Moscú y brindarles un entrenamiento de un mes de duración.
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