Los días de María Amaré transcurrían como una pesadilla constante. Sin saber si ganaría lo suficiente para comer cuando despertaba cada día, la venezolana enfrentaba, además, los peligros de persecución política después que su activismo la convirtiera en blanco del régimen de Nicolás Maduro.
Por El Nuevo Herald
Han transcurrido apenas ocho meses desde que salió de su país, pero su vida ha cambiado radicalmente. “Esto es como un sueño hecho realidad”, dijo Amaré a el Nuevo Herald. “Muchas veces, y sobre todo las primeras semanas, no podía creer que estaba en Estados Unidos”.
La joven de 23 años es una de miles de venezolanos que se han beneficiado del parole humanitario que les concedió el gobierno de Joe Biden y que les ha permitido emigrar legalmente a Estados Unidos. Consultados por el Nuevo Herald, varios de ellos dijeron estar agradecidos por la oportunidad de reiniciar sus vidas y que aun cuando parten desde cero, promete ser un proceso más dulce bajo un ambiente de libertad.
Amaré vive en el estado de Washington tras llegar el 14 de diciembre de 2022 a Estados Unidos mediante el parole humanitario que se otorgó primero a los venezolanos en octubre del año pasado y que luego fue ampliado para incluir a cubanos, haitianos y nicaragüenses.
El programa migratorio requiere que los beneficiarios cuenten con un patrocinador en Estados Unidos que les brinde respaldo financiero y someterse a procesos rigurosos de control y evaluación de tipo biométricos y biográficos de seguridad nacional y seguridad pública.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) informó a el Nuevo Herald que más de 51,000 venezolanos fueron aprobados desde octubre de 2022 hasta finales de mayo y de esos casi 44,000 se encontraban en el país.
En julio el DHS actualizó el número a 58,000 venezolanos aprobados y de esa cifra más de 48,500 ya estaban en EEUU. Amaré logró establecerse en el país luego de que Kyle Varner, un médico, inversor en bienes raíces y filántropo estadounidense, la patrocinó a ella y a 48 venezolanos más a través de la medida implementada para frenar las llegadas récord de migrantes de Venezuela en la frontera sur.
El Servicio de Aduanas y Protección de Frontera de Estados Unidos (CBP, en inglés) informó que luego de ampliar el programa humanitario en enero de 2023, los encuentros de cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos en la frontera suroeste registraron una caída del 72%.
El mundo de la joven, que aprendió inglés en YouTube por iniciativa propia, cambió radicalmente al pasar de vivir perseguida, preocupada por la carencia de servicios básicos y de recursos, a trabajar en un programa que brinda educación financiera a jóvenes migrantes.
Relató que en su país natal siempre estaba preocupaba por la luz, el agua y la Internet “porque en cualquier momento (el servicio) se podía ir y podríamos tener un apagón de tres días, entonces no podía trabajar”.
Amaré vivió tiempos muy difíciles en Venezuela. Nació en el seno de una familia de clase media y aunque no tenían lujos vivían bien hasta 2014, cuando la empresa de su padre tuvo que cerrar debido al entorno económico que había en el país.
“Toda mi familia se vino abajo, pasamos tiempos muy difíciles. Pasé de poder cubrir todas mis necesidades a no saber qué pasaría conmigo al día siguiente, así estuve como cuatro años”, recordó.
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