Por estos días el expresidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, alista los trámites para viajar a Santiago: será la primera vez que abandone EE.UU., donde está radicado forzadamente debido a su oposición al régimen de Nicolás Maduro. Y lo hace para participar del homenaje que este martes 18 realizarán los exmandatarios partícipes del Grupo Libertad y Democracia en recuerdo del fallecido Presidente Sebastián Piñera.
Por La Tercera
¿Cuáles son las razones de su participación?
El miembro fundador de este grupo es el Presidente Piñera. Creo que es merecido reconocer y agradecer en un momento donde la democracia y la libertad están en riesgo. Pero también tengo agradecimiento personal por todo lo que hizo en vida por la democracia, por los venezolanos, por Latinoamérica.
¿Cómo describiría el vínculo entre ambos?
Recuerdo perfectamente la visita del Presidente Piñera en el 2014, una etapa temprana de la lucha por la democracia en Venezuela. Fue a Venezuela a exigir liberación de presos políticos y yo lo recibí en Caracas. No tenía ninguna necesidad: era un expresidente ya bien reconocido. Lo primero que me pareció fue que era muy valiente, incluso de arriesgar el físico, como se dice en jerga deportiva, al enfrentar a una barrera de guardias nacionales que ya tenían una historia de represión muy intensa. Y, bueno, los enfrentó para exigir un derecho sencillo, la visita a un preso político. No sólo me pareció valiente, sino que también desprendido, ya que el rol de un expresidente probablemente cualquiera lo pudiera definir de manera diferente, pero arriesgar en ese momento, y hablar de la situación en Venezuela… Luego ganamos el Parlamento en el 2015 y hubo un vínculo tradicional de conversación; me convierto en presidente encargado en el 2019, y coincidimos en iniciativas que se llevaron para buscar recuperar la democracia en Venezuela. Ya era presidente nuevamente en ese momento. Conversamos muchas opciones con su equipo de gobierno, su familia muy cálida. Recibieron a Fabiana en Santiago, también, de manera muy amable, muy cálida. Un momento de riesgo, de mucho riesgo para ella, para mí, en Venezuela… Fue una constante suya la lucha por la recuperación de la democracia.
¿Por qué cree que se involucró de esa manera en el caso venezolano?
Él tenía conciencia del riesgo que significaría para Latinoamérica la dictadura en Venezuela. Creo que eso es también de resaltar: la visión clara de las consecuencias de tolerar tener una dictadura enclavada en la mitad del continente, que estamos viendo hoy, tristemente todos, y sufriendo. Una de las consecuencias de esto no es sólo el tema migratorio, también las consecuencias de los grupos armados y la delincuencia organizada en la región. Entonces, mira, eso para mí era muy sorprendente.
¿Cuándo fue su último contacto con él?
El día antes de su trágica muerte estuvimos conversando de lo que pasaba en Venezuela. Estaba organizando con el grupo Libertad y Democracia acciones para respaldar una vez más la situación y la crisis en Venezuela. En este punto de mi vida he conocido a muchos mandatarios, cancilleres, líderes políticos y empresariales, y siempre me sorprendió lo constante del Presidente Piñera en la búsqueda de soluciones y aportes a la causa de la democracia.
Uno de los hitos internacionales del segundo gobierno de Piñera fue la visita que se hizo a Cúcuta. ¿Cómo se gestó ese viaje?
Hubo mucho riesgo, lo recuerdo claramente. Creo que ese hito, más allá de cómo lo quisieron utilizar las oposiciones, bien sea en Chile o en la misma dictadura de Maduro, marca lo que sucede en Venezuela hoy. Hoy hay ocho millones de migrantes y refugiados venezolanos. Y conseguir un programa de ayuda, de apoyo, pasaba por algo muy esencial, que era visibilizar lo que sucede en Venezuela. Hasta ese momento, el negacionismo de la dictadura de Maduro, porque creo que no tiene otra expresión, era claro, incluso se obviaba el problema a nivel internacional. Y esa fue la idea principal de ese encuentro en Cúcuta, donde, además, reunimos apoyo y ayudas militares, que marcó el hito de ayuda humanitaria a Venezuela hoy. El Programa Mundial de Alimentación, Unicef, la ONU, participan hoy en Venezuela gracias a esos inicios de haber visibilizado la emergencia. Sin eso no habría sido posible que hoy operara el espectro humanitario, la ayuda humanitaria de hoy, porque la dictadura no hubiese permitido el ingreso. Se generó un ataque muy injusto a los diferentes presidentes que participaron, orquestados por una izquierda autoritaria que negaba lo que pasaba en ese momento en Venezuela. Hoy no hay forma de negarlo y eso lo marcó esa presencia de los presidentes y el secretario general de la OEA en ese momento en Cúcuta.
La visión que hay sobre Cúcuta es que fue un fracaso porque se entendía como que iba a ser el inicio de la caída de Maduro…
Hasta ese momento no se hablaba de emergencia humanitaria en Venezuela, no se hablaba de los migrantes y refugiados, no se hablaba de la necesidad de apoyo. Nunca dijimos, y eso es paradójico, porque eso lo decía la dictadura, nunca dijimos que eso era para derrocar a Maduro. Lo de Cúcuta hay que verlo en perspectiva, así como las sanciones. Cuando se habla de que las sanciones al régimen de Maduro son un fracaso porque no han logrado salir de la dictadura, bueno, pero es que la sanción no está diseñada para salir de una dictadura. Está diseñada para hacer responsable a una dictadura, ya sea por corrupción, por narcotráfico, por violación de derechos humanos o cualquiera de las herramientas que se utilicen. Es igual que las marchas y las protestas que la dictadura dice que no funcionan: sí funcionan. Funcionan para hacer ver la necesidad de reivindicaciones laborales en Venezuela, la ausencia de servicios básicos, la necesidad de seguridad ciudadana o de cambio. Es injusto atribuir a una sola herramienta la salida de una dictadura. Imagínate que no hubiésemos hecho eso en febrero del 2019. Bueno, jamás hubiésemos podido avanzar con la ayuda humanitaria o la presencia y la entrada de la ONU en Venezuela, porque obviamente la dictadura lo hubiese negado. Para Venezuela, Cúcuta fue muy útil, a pesar de la propaganda que se generó hoy en contra, para poder marcar y tener a Venezuela en el mapa del mundo, que hoy, y lo digo con responsabilidad, lamentablemente, con la gran crisis global que tenemos, no está. Es decir, se habla de las consecuencias de la migración, del lamentable y terrible Tren de Aragua, de lo que fue el asesinato del teniente Ojeda en Chile, o la relación del gobierno chileno con la dictadura de Maduro, pero no se habla de las causas de esto.
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