María Corina Machado ha aprovechado su mensaje navideño para dirigirse a la «familia militar y policial», a falta de dos semanas y media para la juramentación presidencial del 10 de enero. Ese día, Nicolás Maduro tiene previsto coronarse de nuevo como presidente pese a su derrota histórica frente a Edmundo González Urrutia, quien, por el contrario, está decidido a hacer valer su victoria y regresar a Venezuela desde su exilio madrileño.
«Llegó la hora. Los venezolanos contamos contigo; por tu familia, por tu honor y por ti mismo. Todos tenemos una tarea que hacer, tú también», clamó la líder opositora desde su refugio en Venezuela.
«Estamos a un paso, a un solo paso. El único muro que nos separa es que tú, ciudadano militar, y tú, policía, pierdas todo temor a hacer lo que te corresponde, lo que tú en el fondo de tu corazón sabes que debes hacer», certificó Machado.
El generalato, ascendido en su mayoría por el propio hijo de Chávez, se ha convertido en el principal soporte para mantener el actual estatus quo, tras el mayor fraude electoral en la historia de América Latina. Un fraude que los 388.000 militares y policías que se desplegaron el 28J en los centros electorales comprobaron en primera persona. Según fuentes opositoras, en las urnas donde votaba la tropa también ganó Edmundo.
Muchas son las dádivas y ventajas con las que cuentan generales y altos oficiales, incluidos en el esquema de la corrupción revolucionaria. El comandante Vladimir Padrino López, ministro de Defensa y líder del generalato, ya ha adelantado que el 10E «acompañará» la juramentación fraudulenta de su jefe político, en lo que denomina «perfecta fusión popular-militar-policial». La vida dorada de los familiares del generalato también incluye Madrid, ciudad elegida por los hijos del propio padrino López para sus estudios.
Radicalmente alejados de la dolce vita de la élite militar está la tropa, «donde hay mucho descontento. Ya han desertado miles de soldados, porque incluso pasan hambre. El resto está sumido en la pobreza, la misma angustia que sufren todos los venezolanos. Para mejorar sus sueldos tienen que sacarse el carné de la patria y así recibir los bonos de Maduro. Es una manera de controlarlos. Están sobreviviendo, también quieren un cambio», precisó para EL MUNDO un militar disidente bajo condición de anonimato.
La presión que se ejerce desde dentro y fuera del país ha provocado el nerviosismo en la cúpula del chavismo, que Maduro evidencia en cada una de sus intervenciones. Se ha decretado la alerta roja y se han desplegado fuerzas militares y policiales por todo el país. Pero el presidente pueblo no las tiene todas consigo, lo que ha provocado el reforzamiento de las milicias obreras, integradas por seguidores chavistas.
«Que Edmundo se juramenta el 10E pasa por una quiebra en la coalición dominante del chavismo. Y esa quiebra sólo se puede producir si hay un pronunciamiento de los militares. Hacia donde se inclinen se decantará el futuro del país. Si se inclinan hacia el lado de los ocho millones de venezolanos que eligieron a Edmundo como presidente, lo que seguirá es una transición hacia la democracia. Si se inclinan hacia el terrorismo de Estado y los crímenes de lesa humanidad de Maduro, Venezuela tomará el rumbo de Corea del Norte: un Estado donde se elimina la idea misma de oposición y se avanza hacia un totalitarismo», subrayó para EL MUNDO el politólogo Enderson Sequera
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