“Mientras tanto, nosotros, desde Venezuela, debemos velar porque esta tiranía que se autodenomina feminista, pero que es profundamente misógina, machista y homofóbica; que expulsa a las mujeres venezolanas de su tierra y que además promueve la violencia con sus discursos y acciones de odio, abandone las riendas del poder”. Así lo afirmó este martes la diputada Dignora Hernández durante su intervención en la sesión de la Asamblea Nacional.
La parlamentaria condenó así el asesinato de la venezolana Jhandrys Espinoza en Trinidad y Tobago, así como los recientes casos de femicidio en la región contra ciudadanas que han sido obligadas a abandonar su propio país en busca de sustento para sí mismas y sus familias.
“Hoy nos convoca el femicidio, pero bien sabemos que todos nuestros connacionales fuera del país, hombres y mujeres, están expuestos y sufren las consecuencias de un sistema criminal que los vulneró en su propia tierra y que nos los defenderá en otras”, sostuvo la dirigente, quien también se refirió a fenómenos como la discriminación y la xenofobia a la que están sometidos quienes se encuentran fuera de Venezuela.
Hernández aseguró que en Venezuela no existe Estado de Derecho y las instituciones se encuentran debilitadas, por lo que llamó a dejar atrás la creencia popular de que la violencia familiar es un asunto privado, pues a su juicio, “constituye el caldo de cultivo para desenlaces fatales”.
Además, la dirigente reforzó que estas situaciones obligan a la oposición venezolana a trabajar por el necesario cese de la usurpación que permita dejar atrás a un Estado criminal que condena a millones de familias a la miseria y la muerte. “Le ha arrebatado los sueños a nuestros niños, a nuestros jóvenes, a nuestros padres; el cese de una tiranía que, a través del chantaje, la persecución y el terror, humilla a nuestros connacionales dentro del país, condenándolos al olvido y a la pobreza extrema, mientras los empuja a buscar fuera de sus fronteras y lejos de su gente lo que no es capaz de darle porque se los ha robado todo”, agregó.
Apuntó que en quienes se quedan en Venezuela deben sobrevivir a las “migajas” y necesidades que le ofrece cada día la tiranía, mientras se invisibilizan situaciones aún peores como la violencia. “Venezuela figura, según Naciones Unidas, entre los 15 países con más femicidios en el mundo, pero la crisis humanitaria de nuestro país hace más vulnerables a las venezolanas porque las empuja a buscar mejoras a su condición de vida fuera del país”, sumó.
Sin embargo, la diputada es optimista y dijo que estas mujeres siguen soñando con una vida con oportunidades, incluso fuera de Venezuela. Sostuvo que pese a que son muchos los testimonios de dolor y sufrimiento producto de la explotación e historias de extrema violencia, como son los casos de Johanna Díaz y Estefany Flores, dos venezolanas, una asesinada y otra apuñalada en Trinidad y Tobago, no habrá descanso hasta reparar y superar al crimen que hoy se mantiene en el poder.
“Mientras nos quede un aliento de vida, somos muchos los que no nos vamos a quebrar. Hoy tenemos un pueblo que sufre, pero contamos con la fuerza de una ciudadanía que se rebela. No hemos llegado hasta aquí para devolvernos y vamos a seguir exigiendo el cese de la usurpación, el gobierno de transición y las elecciones libres, hoy más que nunca alzamos nuestra voz por Venezuela”, finalizó.
Comunicado de prensa
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