Más de 14.200 centros electorales de Venezuela han abierto ya sus puertas para las polémicas elecciones convocadas por Nicolás Maduro para la renovación de la Asamblea Nacional, el Parlamento unicameral. La Comisión Nacional Electoral de Venezuela, elegida a dedo por la dictadura, habilitó 29.622 mesas de votación en todo el país para que más de 20 millones de venezolanos convocados depositen su voto y elijan a los 277 diputados del parlamento para el período 2021-2026… Sin embargo, en las primeras horas de los comicios, los colegios están vacíos.
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Infobae recorrió centros electorales simbólicos de Caracas en Chacao, la Campiña, Parque Carabobo y La Florida, donde suele haber filas desde bien temprano para votar. Esta vez, no se observa ese escenario. Y los pocos votantes que se ven son adultos y personas de la tercera edad, ningún joven.
No extraña la poca afluencia de votantes, ya que las elecciones son muy cuestionadas dentro y fuera del país.
El presidente encargado, el opositor Juan Guaidó denunció los comicios como “un fraude”. “La dictadura no pretende una elección, pretende aniquilar la esperanza de un país”, aseguró. Y agregó: “La respuesta ha sido y será clara: el rechazo. Invitamos a todos a quedarse en casa” y ejercer en su lugar, la mayoría el próximo 12 de diciembre, en la culminación de la consulta popular de la oposición”.
En declaraciones a Infobae, Guaidó, denunció que la dictadura amenaza a los venezolanos para que acudan a las urnas. “El régimen tiene tal control de quién vota y quién no, así que es verdad esa amenaza de que le sacarán los alimentos a quienes no participen”, afirmó.
En Venezuela el voto es voluntario, y dado que las encuestas estiman que 80% de los venezolanos no participarán por ser un proceso viciado, el chavismo ha emprendido una estrategia de coacción y amenazas contra la población para obligarlos a acudir a las urnas. Esta semana, el segundo del chavismo, Diosdado Cabello, amenazó diciendo que “el que no vote, no come”, en un país con 10 millones de personas en inseguridad alimentaria, según la ONU, y en el que el régimen controla la distribución de alimentos.
También Maduro ha anunciado que los militares y grupos de exterminio, como las FAES, buscarán en su casa a los ciudadanos para llevarlos a votar, con la excusa de “garantizar medidas de bioseguridad”.
“Amenazan a todos los que hacen proselitismo en contra de la dictadura, detuvieron a dos de nuestros partidarios en el sur de Venezuela por entregar folletos”, reveló el presidente encargado.
Guaidó confía en que la comunidad internacional no respalde el fraude de mañana. “Ya Maduro y el régimen tienen muy claro que nadie va reconocer ni le va dar legitimidad a ese proceso”, declaró el líder opositor. De hecho, la Unión Europea envió una delegación a Caracas en septiembre pasado para intentar acordar con el régimen condiciones mínimas para el proceso. Ante la negativa del dictador, el bloque determinó que no había condiciones democráticas para unas elecciones en Venezuela y por lo tanto decidió que no enviaría una Misión de Observación Electoral.
Tampoco lo harán la ONU ni la OEA. “Los que vienen son figuras creadas por el régimen para invitar a sus aliados internacionales, que no van a verificar la transparencia del proceso, sino que van a hacer presencia política simbólica”, acusan desde el gobierno interino de Venezuela.
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