En el nuevo episodio de la serie ‘Destructores de armas’, los armeros del consorcio ruso Kaláshnikov terminaron el experimento con la modificación AK-103 de su mítico fusil de asalto, que en la primera etapa no llegó al final porque se agotaron los 1.400 cartuchos preparados.
Para esta ocasión, emplearon cuatro cargadores de zinc repletos de antemano con 2.800 cartuchos.
https://youtu.be/YH0Ycl7lECs
Durante la primera prueba, el AK-103 resistió 1.400 disparos seguidos y el experto en armas Georgui Gúbich se retiró antes para que el antebrazo del arma no se derritiera.
En la segunda parte, el fusil tuvo sus primeros problemas después de que ese especialista disparó 1.380 cartuchos, pero pudo recargar el AK-103 y elevar su capacidad de ‘supervivencia’ a 1.440 disparos seguidos, cuando el arma se atascó.
Al desmontar el fusil, resultó que no sufrió daños propios, sino que el barniz de los cartuchos se fundió y cubrió algunas de sus piezas importantes. Es decir: el problema lo provocó la munición.
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