El medio japonés Nikkei Business Publications desmotó un coche eléctrico Tesla Model 3 y aseguró que la tecnología con la que cuentan esa industria está muy por delante de la de los gigantes automotrices de la competencia.
En un informe publicado en el portal Nikkei Asian Review, en este ejemplar —económicamente el más asequible de la línea eléctrica de Tesla— se destaca su unidad de control central, lanzada en abril de 2019 y denominada Hardware 3. Se trata de una «computadora totalmente autónoma», que incluye dos chips de inteligencia artificial y un ‘software’ diseñado especialmente para su funcionamiento.
«Esta pequeña pieza de tecnología es el arma más grande de la compañía», subraya la publicación.
En @NAR hicieron un despiece del Tesla Model 3 y lo que han encontrado es increíble.
Este es el Hardware 3.0, con su disipador de calor por refrigeración líquida pic.twitter.com/SHgfPjLmpZ
— Eduardo Arcos (@earcos) February 17, 2020
El par de procesadores potencian las capacidades de autoconducción del Model 3, entre otras características avanzadas. Según expertos en la materia, este sistema podría ser la clave para el manejo de cargas pesadas de datos en los vehículos autónomos del futuro, que según sus pronósticos otras compañías solo llegarían a desarrollar hacia el año 2025, en cuyo caso se estaría hablando que Tesla lleva la delantera en por lo menos seis años.
Implicaciones enormes y aterradoras
Un ingeniero de un importante fabricante de automóviles japonés examinó la Hardware 3 y aseguró: «No podemos hacerlo». Aunque gigantes del negocio como Toyota o Volkswagen cuentan con inmensos recursos financieros y talentosos equipos de trabajo, el mayor obstáculo no radica ahí.
Según el especialista citado anteriormente, la verdadera razón consiste en el «temor» de otros fabricantes de que la tecnología de Tesla vuelva obsoletas las cadenas de suministro de piezas que han cultivado durante décadas. Esos sistemas reducirán drásticamente el número de unidades de control electrónico (ECU) en los carros, perjudicando a los proveedores que dependen de estos componentes y a sus empleados. Es una «cuestión de vida o muerte», asevera ese experto.
Por su parte, Tesla no está atada a distribuidores específicos y es libre de buscar las tecnologías que más le convengan. De esta forma, la mayoría de los componentes del Model 3 están marcados con el logotipo de la empresa, lo que sugiere que la estadounidense mantiene un control estricto sobre el desarrollo de las tecnologías de sus vehículos. De continuar con esa estrategia, sus competidores se verán tarde o temprano a seguir su ejemplo y volcar sus viejos modelos de negocios.
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