La disputa por las rutas del narcotráfico en el estado Apure en Venezuela provocó el desplazamiento masivo de venezolanos a Arauquita, Colombia, una zona conocida como el “piedemonte llanero”, un paso clave para la ruta de las drogas.
Por Jair Díaz | Voz de América
En el lugar, en ambas orillas del río Arauca que separa a Colombia y Venezuela, tienen presencia el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y las disidencias conocidas como el Frente Décimo Martín Villa y la Segunda Marquetalia, ambas formadas a partir de la desmovilización de las FARC después del acuerdo de paz entre los guerrilleros y el Gobierno de Colombia de 2016.
Diferentes versiones aseguran que las hostilidades entre la Guardia Nacional Bolivariana y la disidencia de las FARC conocida como el Frente Décimo Martín Villa, que empezaron el 21 de marzo pasado y que generó el desplazamiento de miles de venezolanos a Colombia, se dio porque la Segunda Marquetalia liderada por Iván Márquez y Jesús Santrich tiene nexos estrechos con el régimen de Maduro.
Sostienen, además, que para consolidar el control del tráfico de drogas, intentan eliminar al Frente Décimo Martín Villa, que sería su competencia, señaló en un informe la organización de derechos humanos no gubernamental Human Rights Watch.
“Sabemos por información de inteligencia y por otros reportes que hemos recibido, que disidencias de las FARC, el Frente Décimo, Segunda Marquetalia están enfrentados entre sí, también un actor muy importante que es el ELN y las fuerzas del oficialismo de Nicolás Maduro”, dijo Lucas Gómez García, gerente para las fronteras del Gobierno de Colombia.
Estos choques armados entre la Guardia Nacional Bolivariana y los grupos ilegales colombianos han generado la ejecución de al menos cuatro campesinos, detenciones arbitrarias, el procesamiento de civiles ante tribunales militares, y torturas contra los habitantes acusados de colaborar con grupos armados.
Según las autoridades, los informes de inteligencia apuntan a Arauquita como un corredor, donde hace presencia el Ejército de Liberación Nacional.
“Nosotros tenemos las unidades desplegadas a lo largo del río, son 302 kilómetros de los cuales 268 son navegables desarrollando las operaciones, de esta manera hemos logrado incrementar la seguridad”, indicó el coronel Henry Alba Medina, Comandante Armada Nacional en Arauca.
En medio del fuego cruzado, quedó la población venezolana de la localidad de La Victoria, una de las más afectadas en esta disputa por las tierras del narcotráfico, donde fueron sacados a la fuerza de sus hogares por la Guardia Nacional Bolivariana.
Carlos Leal, un joven de tan solo 20 años dejó todo atrás, huyendo no solamente del ejército venezolano, sino también de los grupos criminales.
“Ellos tienen su gente, los encargados, los que van a convencer a los jóvenes. Yo les decía que no o a veces les decía déjeme pensarlo como para quitárselos de encima”, le cuenta Carlos, a la Voz de América, desde uno de los albergues temporales que dispusieron las autoridades colombianas para los desplazados que llegaron del estado de Apure.
Por ahora, Carlos y los 6.000 desplazados en Arauca temen volver a sus hogares en La Victoria, por las condiciones actuales y el riesgo que podría representar para su seguridad retornar a casa.
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