Cada 8 de septiembre José Corredor, un joven pescador del pueblo Chichiriviche en el estado Falcón,(centro occidental de Venezuela) decora con flores su pequeña embarcación para celebrar el día de su patrona, la Virgen del Valle, que como cada año sale vestida de gala y navega escoltada por los pescadores durante un paseo en el mar donde es venerada por los lugareños y por decenas de turistas que se dan cita frente al muelle para lanzar vivas y participar de esta tradición mariana.
La Virgen del Valle es una advocación de la Virgen María y es una de las devociones más populares y extendidas de toda Venezuela, especialmente amada en el estado Nueva Esparta y en los estados orientales del país, por lo que es considerada como la patrona de los pescadores, marinos y de las Fuerzas Armadas Nacionales.
Su devoción más ferviente es en la Isla de Margarita, en Nueva Esparta, donde la celebración se extiende durante todo el mes de septiembre y es común ver su imagen en réplicas de todos los tamaños, colores y materiales; como también en impresión de afiches, pancartas o estampitas. “Es que, si a la Virgen del Valle se le pide con amor, ella te concede el milagro” señala Corredor mientras asegura que, tras varios años de crisis, en éste 2023 espera una celebración más alegre y concurrida.
Más de un siglo de devoción
La historia de la Virgen del Valle se remonta tiempo atrás. Se conoce de ella a través de los registros que se tienen de los diarios llevados por los comerciantes y eclesiásticos de la época y las fábulas que se han tejido en torno a su figura.
La devoción se estima que se inició en la Isla de Cubagua (ubicada en el oriente de Venezuela), cuando en 1526 llegó su imagen procedente de España. La isla gozaba de un auge económico importante por la extracción de perlas, por lo que los colonizadores españoles la mandaron a traer como una figura espiritual. Con el paso de los años, los lugareños comenzaron a adorarla y le dieron el nombre de Nuestra Señora de la Concepción, pero en diciembre de 1541 la pequeña isla fue azotada por un huracán que destruyó la mayoría de las construcciones que había en el lugar, por lo que la Virgen fue llevada a Margarita, y en ese momento fue llamada Señora de la Tempestad.
Una versión asegura que la imagen de la Virgen fue llevada por el sacerdote Francisco de Villacorta, máximo protector de los indígenas, quien la colocó en la Cueva de El Piache, donde vivían los indios Guaiqueríes a quienes nombró sus guardianes. Otros aseguran que los habitantes de Cubagua migraron forzados a la isla de Margarita y entre las pocas cosas que pudieron llevar estaba la Virgen a la que ya le rendían adoración. Otros indican que la Virgen fue arrastrada por las aguas hasta las costas donde habitaban los indios Guaiqueríes, quienes la ocultaron en una cueva en El Piache. Todas las versiones coinciden en que mientras estaba escondida en esta cueva, se evitó que fuese asaltada por los piratas que en ese tiempo atacaban la isla de Margarita, saqueaban y se llevaban las cosas de valor que conseguían a su paso.
Años más tarde recibió el nombre de la Virgen del Valle, debido al lugar donde se encuentra, el Valle del Espíritu Santo de la isla.
El 15 de agosto de 1910 el Papa Pío X, le concede la Coronación canónica, pero no es sino hasta el 8 de septiembre de 1911 que el Obispo Antonio María Durán (Diócesis de Santo Tomás de Guayana) realizó la Coronación de la Virgen. En 1921 fue proclamada como Patrona de la Diócesis de Guayana que incluye todo el vasto territorio del oriente y sur de Venezuela, por lo que este año se celebran 102 años de una devoción que con la diáspora venezolana se ha vuelto universal, por lo que en la Basílica homónima no dudan en afirmar que ella ofrece un amor sin fronteras.
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