Un grupo de acreedores con más de US$11.000 millones en bonos vencidos se encuentran a favor del plan opositor de extender una prórroga legal para los bonos venezolanos en default.
Según un comunicado publicado el jueves por el Comité de Acreedores de Venezuela recogido por Bloomberg, el denominado acuerdo de prórroga anunciado la semana pasada ayudará a evitar acciones legales y a avanzar hacia el «objetivo final» de una reestructuración ordenada de la deuda.
En su opinión, evitar litigios favorece tanto a los bonistas como a los venezolanos.
La Asamblea Nacional 2015, liderada por la oposición y autorizada legalmente por Estados Unidos para negociar con los acreedores la abultada deuda del país, aprobó la semana pasada una propuesta para extender durante cinco años el plazo de prescripción de los bonos de la nación en un intento de impedir que los bonistas demanden el pago antes de que empiece a vencer el plazo a finales de año.
Tras el anuncio, los bonos de PDVSA, que se negocian a precios muy bajos, subieron ligeramente y los operadores llegaron a cotizarlos a 5 centavos de dólar esta semana, frente a los 2 centavos de los últimos meses. Los bonos soberanos apenas registraron cambios.
Estos bonos fueron emitidos por Venezuela y por la petrolera estatal PDVSA, y su valor rondaba los 63.000 millones de dólares. En 2017 entraron en default, después de que el Estado venezolano incumpliera un pago de 200 millones de dólares.
La prolongación del plazo de prescripción significaría que los acreedores ya no están obligados a demandar antes de la fecha límite para proteger sus derechos.
A la espera del pronunciamiento de EE.UU.
Las partes interesadas siguen a la espera de que el Gobierno de EEUU se pronuncie sobre si considera válida la decisión de la oposición.
Cabe señalar que el Gobierno de Biden podría estar considerando la posibilidad de levantar las sanciones que prohíben la compra y venta de los bonos venezolanos.
De acuerdo a Elias Ferrer de Forbes, inversores no occidentales se han ido abasteciendo de bonos venezolanos, a medida que los bonistas norteamericanos y europeos se deshacían de ellos.
En 2019, los inversores estadounidenses poseían el 60% de estos bonos. Ahora la cifra podría situarse entre el 25% y el 30%, según un bonista con sede en Estados Unidos.
Respecto a ello, se teme que Rusia, China o Irán los están comprando a través de estructuras poco transparentes.
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