Poco queda del espíritu político de quien formó tándem con el presidente Álvaro Uribe entre los años 2002 y 2010. Pendiente del teléfono sigue la información que estos días bulle en su país: Colombia. La cumbre que Gustavo Petro celebra en Bogotá, la huida de Juan Guaidó de Venezuela, el papel del ex guerrillero en la región… Francisco Santos (Bogotá, 1961) está al pie de la noticia, como periodista y activista; tareas en las que está volcado por completo en la actualidad.
Conoce a fondo la sangre que corre por las venas de Colombia y Venezuela, porque él mismo ha sufrido en su piel los problemas que sacuden a ambas naciones. Fue secuestrado en los 90 por Pablo Escobar y estuvo en el punto de mira de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). También comprende bien la esfera internacional, durante el Ejecutivo de Iván Duque fue embajador en EEUU. Crítico con el proceso de paz, a pesar de los lazos familiares que le unen a Juan Manuel Santos (su primo), habla claro y le aterra que su patria retroceda en el tiempo y vuelvan los años de la violencia, según confiesa en una entrevista, celebrada ayer en la sede de la Fundación Disenso, en Madrid.
Pregunta.- Aterriza en España en un momento muy importante en su país, con el inicio de la cumbre de Petro [encuentro que intenta relanzar el diálogo entre Gobierno venezolano y oposición] y justo cuando Juan Guaidó ha sido forzado a salir…
Respuesta.- Lo expulsaron, no forzado, lo expulsaron. Esto tiene un impacto brutal en Colombia. En el mismo proceso que empieza hoy [por ayer]. Y yo sí creo que uno necesita preguntarse varias cosas con lo que pasó con Guaidó porque es un acto de un déspota, donde no hay un debido proceso, donde lo expulsan, donde utilizan la seguridad de su esposa y de sus hijos para que no hable. Es decir, coartan su libertad de expresión, no lo dejaron hablar. Y eso habla de un camino que muestra el alma del Gobierno de Petro. Que aquí muestra verdaderamente su rostro, que no es un rostro ni democrático ni que favorece la libertad de expresión. Y que no es un rostro en el que él media con imparcialidad en el proceso de Venezuela, sino que le hace el trabajo a [Nicolás] Maduro, creo que eso queda claritico con lo que pasó con Guaidó. Lo segundo, creo que esto le mandó un mensaje clarísimo a los que van a asistir a la conferencia y es: ‘Petro le hace el trabajo a Maduro’. No es un intermediario, no es un mediador imparcial. Tercero, yo sí quiero saber qué opinan varias personas de esto que pasó. La primera, Jill Biden. La esposa de Juan Guaidó estuvo con ella y lloraron juntas. Qué opina que hubieran expulsado a su marido y hubieran utilizado su seguridad y la de sus hijos como un instrumento de chantaje. Qué opinan Juan González [asesor del presidente de EEUU para América Latina] y Jon Finer [principal asesor adjunto de Seguridad Nacional], que son parte de la delegación de Estados Unidos que va a esa reunión.
P.- Y, en definitiva, casi todas las naciones que acuden porque hasta 50 países reconocieron la Presidencia encargada de Guaidó…
R.- Exactamente. Quiero saber qué va a decir [Josep] Borrell [jefe de la diplomacia europea]. Si de verdad va a apoyar un acto de un déspota o va a salir en defensa de una persona que fue un presidente de un Gobierno interino y que expulsan como un perro.
P.- ¿Cree que debería anularse la cumbre?
R.- Si yo soy Estados Unidos, yo no voy. Reconocieron a Guaidó. Y si soy los europeos… Pero como van a ir, yo sí dejaría claro en el comunicado que esa expulsión es irregular, condenaría ese hecho de manera clara y franca. No creo que vaya a pasar. Porque Estados Unidos hoy juega un papel que, la verdad, no entendemos en el frente de Venezuela. Veo un Estados Unidos que no es tan duro con los violadores de Derechos Humanos en el continente como lo es en Europa con [Vladimir] Putin. Maduro es uno de los instrumentos que Rusia utiliza en el continente. Entonces, ahí hay una incoherencia que yo no entiendo.
P.-Que el lunes se conociera la huida de Guaidó ya era un poco sintomático de lo que envolvía esta cumbre, ¿no?
R.- Sí. Pero el otro tema que me deja muy preocupado es que Colombia ha sido un referente histórico en el derecho de asilo en América Latina. Este es un mensaje para el presidente [Pedro] Sánchez. Eduardo Santos, mi tío abuelo, le abrió la puerta a todos los republicanos que quisieran ir a Colombia y les daba nacionalidad durante la guerra [civil española]. Entonces, ¿qué va a decir Sánchez de lo que pasó con Guaidó?
P.- ¿Cree que debería tender la mano Sánchez a Guaidó?
R.- Sin duda.
P.- Las partes, chavismo y oposición, no están convocadas en la cumbre de Bogotá. ¿Se debería haber intentado un encuentro al estar Guaidó en Colombia?
R.- El problema no es ese, es que el objetivo de esta cumbre es mandarle un mensaje a Estados Unidos: ‘Que levante las sanciones’.
P.- ¿Esta cumbre de Petro es un intento de blanqueamiento de Maduro o de devolverle a la escena internacional?
R.- Totalmente. Yo escribí una columna que se llamaba ‘Petro, el canciller de Maduro’. Y Petro se convirtió en el canciller de Maduro.
P.- Pero en la delegación de EEUU no hay personalidades como Antony Blinken…
R.- Sí, yo sé. Pero va una delegación importante. Con la delegación que manda Estados Unidos queda clarísimo que quien maneja la política de Venezuela no es el Departamento de Estado, sino la Casa Blanca.
P.- Además de esa tarea de blanqueamiento, ¿cree que Petro está intentando liderar o relanzar esa izquierda latinoamericana?
R.- Sí, ése es el objetivo de él, pero es que tiene a Lula [da Silva], que está en los pesos pesados. Tiene a AMLO [Andrés Manuel López Obrador]. Tendrá un espacio, pero entre Lula y AMLO hay un escenario muy difícil de concretar como liderazgo único.
P.- ¿Logrará atraerse Petro a su visión regional a Lula y a AMLO, sobre todo ahora que Lula que está tendiendo a ser más moderado en este Gobierno?
R.- Más moderado hacia adentro, pero más radical hacia afuera. El discurso de Lula hacia afuera es durísimo. Contra el Fondo Monetario Internacional, la creación del yuan como moneda de referencia. Lula está yendo mucho más allá. Quiere convertirse en ese referente. Y AMLO, pues, es AMLO, a él solo le interesa AMLO.
P.- Con todas estas claves y los fracasos de negociaciones pasadas, ¿realmente es posible un diálogo en Venezuela?
R.- No. No creo que sea posible por una razón: porque Maduro jamás va a entregar el poder. En Venezuela no hay un Gobierno, es una mafia la que gobierna. La única solución de Venezuela es que haya una implosión, que está a punto de darse, por eso están desesperados.
P.- ¿Por qué está a punto de darse?
R.- Porque no tienen plata (dinero) ni para pagarle a los militares.
P.- José Manuel Albares tampoco va a la cumbre… ¿Se ha acabado definitivamente la influencia de España en América Latina dando paso a China y a Rusia?
R.- Ha disminuido dramáticamente. Hoy China es muchísimo más influyente que España. Está haciendo muchísimos más negocios con América Latina que España.
P.- ¿Por qué cree que ha dejado escapar ese papel?
R.- Yo no sé si Pedro Sánchez le va a decir algo en ese sentido a Petro [en referencia a su próxima visita a España]. Debería.
P.- Usted ha sido crítico con el proceso de paz. Ahora con Petro, ¿en qué punto están las conversaciones y el ‘narco’?
R.- El narcotráfico creciendo, creciendo y creciendo. Porque están usando la famosa paz total y las conversaciones de paz total, donde el Gobierno está retirando la fuerza y no tiene política antidrogas. Y lo segundo, el proceso de paz con el resto de organizaciones, ha sido un desastre, no hay negociación. Lo único que hay es un crecimiento de la violencia.
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