Conductores de las líneas que prestan el servicio de transporte urbano y suburbano entre San Antonio y Ureña, denunciaron que tanto ellos como los usuarios se están viendo afectados por la «piratería» que ha proliferado en estas rutas, con vehículos particulares no autorizados para efectuar el traslado de pasajeros.
José Gregorio Hernández | La Prensa del Táchira.
En los municipios del eje fronterizo, el transporte urbano y suburbano entre los municipios Bolívar y Pedro María Ureña labora tanto en semana radical como en flexible. No obstante, socios y directivos de las líneas El Cementerio, Samuel Darío Maldonado y Licirsa también expresaron que a pesar que están cumpliendo con las nomas de bioseguridad y respetan los lapsos de tiempo de salida entre una unidad y otra, hay presiones de parte de fiscales de la Dirección de Vialidad del municipio Bolívar que les impiden prestar el servicio con normalidad.
Esta situación se presenta sobre todo en la semana radical, como la que está comenzando. Luis Ortiz, directivo de la línea El Cementerio, la cual cubre la ruta entre Bolívar y Ureña, expresó el inconformismo que hay en el gremio de transportistas de pasajeros, pues sostiene que mientras a ellos les imponen cualquier tipo de obstáculos para laborar, hay carros «piratas» transportando pasajeros en esa ruta y sobre ellos no se ejerce control. También hay ciertas líneas urbanas que no estarían cumpliendo con los protocolos de bioseguridad, como desinfección permanente de unidades, pero no se ejerce fiscalización.
Los conductores dicen que las presiones siempre recaen sobre las tres líneas antes mencionadas, las cuales cubren la ruta San Antonio-Ureña y viceversa.
German Rodríguez y Yhony Medina, socios de la empresa Licirsa; Gerson Flórez, de la línea El Cementerio; José Rubén Useche, de la empresa «Samuel Darío Maldonado», manifestaron que las empresas de transporte de pasajeros a las que representan siempre han prestado el servicio, sea semana flexible o radical, porque tanto ellos como los usuarios requieren de ese servicio. «Cada vez que nos coloca trabas para trabajar, los beneficiados son los transportes ‘piratas’ que cobran el doble o incluso más de lo que cobramos nosotros. Nosotros cobramos el pasaje corto a mil pesos y el largo a 2 mil pesos. Aquí se cobra en pesos porque el bolívar como moneda hace tiempo que desapareció. A veces si el pasajero no tiene completo, lo llevamos por lo que tenga en la mano, en cambio ‘los piratas’ cobran 5 mil o 6 mil pesos. Si la persona tiene para venir, no le alcanza para regresar. Son los usuarios los más afectados cuando no nos dejan trabajar», indicaron los transportistas.
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