El padre Rafael Garrido, S.J., Superior Provincial de los Jesuitas en Venezuela, reconoció que ofrecer una educación de calidad en estos tiempos es un reto para los docentes y demás trabajadores, comenzando por los bajos salarios.
También que el desafío es para las familias que tienen como prioridad sobrevivir ante la emergencia humanitaria compleja venezolana que afecta sobremanera a los sectores más vulnerables.
«En los sectores populares se ha visto muy vulnerada la posibilidad de ir a la escuela, de tener una educación de calidad. Esos resultados de la afectación que pudiéramos tener los vamos a ver dentro de poco», mencionó en entrevista para el programa De Primera Mano por Radio Fe y Alegría Noticias..
«Nuestros muchachos están teniendo que aportar económicamente a sus familias. Eso es de los elementos que batallan contra la escolaridad de los niños, niñas y adolescentes», añadió.
El padre Garrido aseguró que hay familias sin la suficiente fortaleza para acompañar a los jóvenes en su proceso escolar, así como hay docentes sin los recursos para impartir clases o poder preparar unas guías de estudio que puedan llevarse a cabo de forma eficiente.
No obstante, consideró que pese a las problemáticas para educar en Venezuela, las escuelas se mantienen abiertas y se mantuvieron así durante el período de clases a distancia. Una pena que no fuera lo mismo en el caso de las universidades públicas del país, subrayó.
El sacerdote jesuita declaró que las familias se están juntando para sacar adelante la educación. Afirmó que la familia es lo que mantiene la misión de educar, en medio de un contexto complejo.
Por último, el padre Garrido insistió que la sociedad debe «hacer fuerza para que el Estado pueda asumir la responsabilidad que le corresponde».
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