Las vicisitudes que presenta el estado Falcón son incontables y notables, impactan en el día a día de los habitantes: servicios públicos, crisis de efectivo e hiperinflación. Una de las poblaciones más vulnerables sin duda son los pacientes renales, quienes deben completar unas de las rutinas más extenuantes para mantenerse con vida.
Luís Hidalgo | Danilo Sarmiento | Carlos Atacho | La Mañana Digital
Tras la aparición del Covid-19 y las medidas implementadas por la Organización Mundial de la Salud y la promulgación de la cuarentena nacional, los riesgos para los pacientes renales han aumentado.
La falta de gasolina, el mal estado de las unidades para el traslado de los pacientes hasta las unidades de hemodiálisis constituye parte de las limitantes para la atención y recepción del tratamiento requerido para este tipo de patología.
Las deficiencias en el sistema operativo de las unidades de diálisis, influyen de manera determinante, más allá de los esfuerzos del personal que presta sus servicios con denuedo y vocación humanista, constituyen un riesgo para la vida de los pacientes renales.
Unidad de diálisis de Coro en terapia intensiva
La Unidad de diálisis del Hospital Universitario Alfredo Van Grieken de Coro, se encuentra en cuidados intensivos. Cuenta con quince máquinas de las cuales, ocho están dañadas y siete, atendiendo un promedio de 50 pacientes diariamente.
El Centro de Nefrología del Hospital Calles Sierra funciona al 80%
En el principal centro de salud de Paraguaná, el Hospital doctor Rafael Calles Sierra, que no ha escapado de la escasez de insumos médicos, pero actualmente la Unidad de Nefrología “Doctora Magaly Romero”, está 80% operativa y dializa 135 pacientes, 28 en cada turno mañana y tarde.
Un paciente que esperaba turno confirmó a La Mañana Digital que actualmente cuenta con todos los insumos, pero falta el químico para lavar las máquinas, no tiene batas de bioseguridad, jabón ni cloro. Pocas veces falta el agua, y cuando ocurre posponen por unas horas los tratamientos y les reducen el tiempo o los asignan para el día siguiente.
Sus aires acondicionados están en funcionamiento, la planta de osmosis trabaja a un 80%, de las 17 máquinas de diálisis hay 14 operando a un 70% y una operativa asignada a los pacientes con hepatitis y VIH, “Son máquinas muy antiguas, se han dañado con el uso, es que en realidad no les hacen mantenimiento”, comentó el joven que lleva cuatro años dializándose.
Para la doctora Yimary Colina, residente, y miembro de la comisión de servicio del ministerio de salud, la unidad es el «caballito de batalla”, tiene kits, capacidad, aire acondicionado, planta eléctrica y el personal trabaja con mística, aunque admite la necesidad de mejorar las condiciones de los pacientes de municipios foráneos.
Las extra hospitalarias sobreviven
Las unidades extra hospitalarias, adscritas al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, IVSS, bajo una concepción privada, van en declive. La institución no cancela regularmente lo correspondiente al servicio por diálisis cuyo monto asciende a la cantidad de 600 mil bolívares por diálisis, equivalente a 0.4 dólares, mientras que el costo real es de $300, ocasionando un desequilibrio en la estabilidad financiera de esta unidad.
Adicionalmente, el excesivo costo de los equipos, la falta de técnicos agrava más el efectivo funcionamiento de estas unidades.
Para leer la nota completa, pulsa aquí
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.