Para los trabajadores de la ahora Corporación Socialista de Cemento, a la planta ubicada en el sector Pertigalete de Guanta “le han decretado la muerte”.
Vivian Ariza | Diario El Tigrense
Quiénes laboran en esa planta cementera del estado Anzoátegui denuncian “que los equipos que dejan de funcionar por falta de mantenimiento son canibalizados para reparar otros, luego desmantelados y finalmente vendidos como chatarra metálica”.
Los denunciantes, que pidieron mantener sus nombres en reservas por temor a represalias del patrono, refieren que a diario “salen de las instalaciones caravanas de containers llenos de chatarra”.
Los trabajadores dicen que “la inversión planificada, las paradas generales programadas y los mantenimientos efectivos, cómo puntales en la garantía productiva de la fábrica, son inexistentes en la actual gestión”.
Señalan que, a pesar de tener una capacidad instala de 3.200.000 toneladas métricas anuales de Clinker y 2.800.000 toneladas métricas anuales de Cemento, al cierre del tercer trimestre de este año 2020 “el acumulado de producción de Clinker es de 125.071 toneladas métricas y 101.541 toneladas métricas de Cemento”.
Explican que esas cifras demuestran la caída estrepitosa de la producción y solo se pueden comparar con la producción de hace 71 años, cuando inició operaciones la planta de Vencemos.
“La otrora planta cementera más grande de Latinoamérica hoy convertida en chatarra, fue expropiada a la transnacional Cemex el 18 de agosto de 2008”, recuerdan con pesar.
Del mismo modo reiteran las denuncias por las condiciones inadecuadas y violatorias de las normas de seguridad a la hora de transportar al personal, la falta de dotación de uniformes y equipos de protección personal.
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