El empresario Samark López Bello, quien es acusado por Estados Unidos de ser el testaferro de Tareck el Aissami, insiste en que es víctima de una conspiración mediática financiada por fines políticos y negó tener o haber tenido vínculos con el narcotráfico o con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
López, quien meses atrás reportó que Estados Unidos le congeló más de $160 millones como resultado de las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro, emitió las declaraciones en el marco de la lucha que libra ante el tribunal federal de apelaciones de la Florida para evitar que parte de sus fondos congelados sean otorgados como compensación a tres contratistas estadounidenses que fueron secuestrados por las FARC.
En un pronunciamiento enviado a el Nuevo Herald, Lopez negó la noción de que sus operaciones empresariales estén de alguna manera vinculadas a las FARC o al denominado Cartel de Los Soles, organización compuesta por altos funcionarios del régimen venezolano que controla las operaciones de narcotráfico en Venezuela.
“A cinco años del anuncio de mis sanciones y de estar sujeto a un sin fin de investigaciones, ninguna fiscalía me acusa de narcotráfico o lavado de activos, porque simplemente no tengo ni tuve ninguna relación con ningún cartel u organización terrorista como las FARC”, dijo López en un breve mensaje enviado a el Herald. “Ha sido todo una narrativa mediática diseñada y financiada con fines políticos. Pero como toda narrativa falsa, carece de hechos concretos y la realidad se impondrá en forma de justicia”, agregó.
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