La visita del secretario de Estado Marco Rubio a Guyana ha reavivado las tensiones con Venezuela. El alto funcionario estadounidense advirtió este jueves a Nicolás Maduro de que un ataque militar al país vecino sería “un gran error” y tendría graves consecuencias para Caracas. La Administración de Donald Trump da así a Georgetown total apoyo en su disputa territorial con Caracas.
“Sería un día muy malo para el régimen venezolano si atacara a Guyana o a ExxonMobil. Sería un día muy malo, una semana muy mala para ellos, y no terminaría bien”, insistió Rubio en una rueda de prensa en Georgetown junto al presidente guyanés, Irfaan Ali.
Los choques por la controversia territorial han aflorado de nuevo en las últimas semanas. La pretensión del chavismo de convocar elecciones en la región del Esequibo para elegir gobernador y diputados ha disparado las alarmas. No está claro cómo se concretará esa medida, pero el Gobierno de Venezuela ha insistido en que el próximo 25 de mayo, en menos de dos meses, se irá a las urnas en este territorio, como en todo el país en los comicios regionales y parlamentarios que ha convocado el Consejo Nacional Electoral.
Guyana ha reaccionado a las intenciones políticas de Venezuela amenazando a quienes apoyen estas elecciones de ser juzgados de traición a la patria. “Si es un guyanés el que es designado gobernador del Esequibo […], acusaremos a esa persona de traición y la apresaremos”, dijo el ministro de Seguridad Nacional de Guyana, Robenson Benn. “Todos y cada uno de ellos pueden ser acusados de traición y cualquiera que los apoye también será acusado”. La Caricom ha también calificado como una amenaza este nuevo movimiento que puede volver a desatar una crisis como la de hace dos años con el referéndum consultivo con el que Venezuela buscaba justificar su anexión del territorio.
A esto se ha sumado el incidente producido a principios de mes, cuando una corbeta de la Armada venezolana se aproximó a una plataforma de ExxonMobil, un acercamiento que en más de una década de roces por la exploración y explotación petrolera guyanesa por primera vez llega tan cerca de la frontera del país vecino. En este caso, según algunos analistas, Venezuela ha cruzado una línea. Dos incidentes anteriores, en 2013 y 2018, que terminaron con detención de las tripulaciones, ocurrieron más al norte de este último, en un área de mayor indefinición.
Venezuela está sola en la región en su defensa del Esequibo. Solo el régimen de Nicaragua le apoya. La exploración y explotación de ExxonMobil —en una empresa conjunta con la China National Offshore Oil Corporation que tiene 25% y también es socia de PDVSA—, con la que Guyana se asegura un futuro como el país más rico de la región, lleva más de una década, pero solo ahora desde Caracas se hacen reclamos enérgicos que entran ahora en el nuevo marco incendiario de la geopolítica regional con Trump en la Casa Blanca. Durante el Gobierno de Hugo Chávez y los primeros años de Maduro, la construcción de una petrodiplomacia con la que el chavismo se hizo con apoyos en los países del Caribe —leales a la posición de Guyana— primó sobre la controversia territorial.
“Tenemos una Armada grande y puede llegar a casi cualquier lugar, a cualquier parte del mundo. Y tenemos compromisos vigentes con Guyana”, dijo Rubio, quien agregó que no iba a entrar en detalles sobre lo que haría Estados Unidos caso de un ataque venezolano a Guyana, pero durante su visita se sellaron nuevos acuerdos de cooperación en temas de defensa y seguridad, en particular de las instalaciones petroleras marítimas. “Las amenazas regionales se basan en reclamos territoriales ilegítimos de un régimen narcotraficante. Y quiero ser franco, habrá consecuencias por las acciones agresivas. Y por eso nuestra colaboración en ese sentido será importante”.
La visita de Rubio coincidió con la realización de ejercicios militares conjuntos entre la Armada de Estados Unidos y la Fuerza de Defensa de Guyana en aguas internacionales y en la Zona Económica Exclusiva de Guyana, con la intención de mejorar las comunicaciones y la coordinación de maniobras conjuntas. Venezuela también ha movilizado vehículos militares a las costas cercanas en los últimos meses, como unas lanchas de ataque compradas a Irán.
La vicepresidenta chavista, Delcy Rodríguez, ha respondido ante la visita de Rubio que Guyana “debe paralizar de inmediato la disposición ilegal y abusiva de un mar pendiente por delimitar” y sentarse a negociar. “El Zelenski del Caribe, Irfaan Ali, con estrechos pantalones se buscó al minúsculo que ocupa la Secretaría de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, para pretender amenazar a Venezuela. Ambos atentan contra la paz y estabilidad de nuestra región”, escribió en un mensaje en Telegram. Maduro fue más allá y elevó el tono, insultando al alto cargo estadounidense. “Por ahí sale el imbécil de Marco Rubio amenazando a Venezuela desde Guyana. Imbécil, a Venezuela no la amenaza nadie porque esta es la patria de los libertadores, esta es la patria de Bolívar”, lanzó.
Desde 1966, con el Acuerdo Ginebra, se están buscando soluciones negociadas al conflicto territorial. Las iniciativas de los buenos oficiantes de las Naciones Unidas terminaron en 2018, cuando el secretario general de la ONU llevó el asunto a la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Aunque Venezuela ha rechazado que Guyana haya llevado a esta instancia la controversia y dice rechazar su jurisdicción no se ha ausentado del proceso y se ha defendido. En el próximo mes de agosto, Venezuela tendrá la oportunidad de hacer su última réplica escrita ante la CIJ que analiza la validez del Laudo Arbitral de París de 1899 con el que Guyana establece su frontera incluyendo el territorio del Esequibo —que equivale a dos tercios de su territorio— que reclama Venezuela. Lo hará cuando ya haya elegido gobernadores y diputados que aún no se sabe desde qué territorio despacharán.
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