Los presos se ven obligados a consumir agua de una laguna aledaña no es apta para el consumo humano.
Más de 400 presos que se encuentran distribuidos en diversos calabozos del municipio San Fernando de Apure sufren por la distribución del agua potable, refiere una nota del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP.
Aunque la población en general de Apure también padece el problema del agua, hay un centro de detención donde la situación es aún más preocupante.
Los familiares explicaron al equipo del OVP que ellos mismos deben llevarles el agua a los detenidos.
Los presos que se encuentran en la Comandancia General de la Policía, que en el mes de marzo sumaban 198 según los registros del OVP, en ocasiones deben consumir agua de una laguna aledaña que no es apta para el consumo humano.
En la sede del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (CONAS) de la Guardia Nacional de Apure, los presos usan tobos para extraer el vital líquido de un tanque; mientras que los 72 privados de libertad del Destacamento 351 de la Guardia Nacional deben esperar más de cinco horas para llenar un pequeño tanque con una manguera y de allí cada reo tiene derecho a dos o tres tazas de agua para aseo personal.
En cuanto a la recepción de alimentos, más de 400 presos que permanecen en los distintos calabozos de la Comandancia General de la Policía; del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales, y Criminalísticas (Cicpc), CONAS y GNB de San Fernando de Apure sufren por el suministro irregular de insumos.
Muchos presos han bajado abruptamente de peso, especialmente durante la cuarentena por la covid-19, todo esto a causa de las limitaciones para que los familiares puedan llevarles alimentos u otros insumos a diario.
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