“El estado con la barriga llena y el corazón contento, mientras que el soberano está con la nevera vacía y comiéndose un cable” señala el defensor de Derechos Humanos, Rafael Narváez.
Según el abogado Narváez, el “premio” que otorga el Estado al sacrificio asumido por el pueblo en esta cuarentena por el Covid19 , es la regulación de precios en dólares de 27 artículos básicos, que para adquirirlos, una persona tiene que desembolsar 32 dólares mientras que el aumento del salario mínimo mensual anunciado para el primero de Mayo, Día Internacional del Trabajado, lo llevará 800.000 bolívares, que apenas son a 4 dólares que sólo compran 1 kg de carne y una mantequilla.
Y respecto a los pensionados, Narváez dijo que nadie puede sobrevivir con una pensión de 400.000 bolívares. Agregó que son salarios de hambre que se convierten en “sal y agua” por la hiperinflación, agravada la situación por servicios públicos colapsados como la falta de agua, fallas en la energía eléctrica, gas doméstico y la escasez de gasolina que sigue limitando a la mayoria de los ciudadanos que viven del día a día y en especial la salud de los pacientes crónicos por no poder trasladarse a los centros hospitalarios para cumplir su tratamiento colocando en riesgo su vida, expresó el abogado defensor.
Estamos en presencia de la crucifixión del los Derechos Humanos en Venezuela, el Estado sigue siendo indolente con el derecho a la alimentación de nuestro pueblo, finalizó Narváez
Nota de Prensa
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