Dos períodos en la cárcel para un total de 37 meses tras las rejas, una vida de dirigencia sindical y casi dos décadas de persecución gubernamental marcan la cruzada de Rubén González y su disposición a seguir exigiendo los derechos de los trabajadores, promoviendo caminos democráticos que lo han llevado a acercarse a sectores políticos pese a las diferencias. Lo único que tiene claro es que para cumplir los objetivos de la lucha obrera debe haber un cambio político en el país. Sobre los partidos políticos vigentes afirma que no están en contra, «buscamos la parte política sincera»
La lucha obrera ha marcado la vida de Rubén González, secretario general del sindicato de CVG Ferrominera del Orinoco y uno de los principales perseguidos políticos del gobierno de Nicolás Maduro.
El gobierno «obrero» le declaró la guerra al movimiento sindical. Una persecución sin precedentes en la historia democrática del país que intenta aplacar cualquier disidencia y controlar a una clase obrera sumisa.
No en vano, González ha atravesado dos períodos de su vida tras las rejas. El primero, en 2009, bajo el Gobierno de Hugo Chávez. Dos años más tarde fue acusado por «instigación a delinquir, violación de zona de seguridad, agavillamiento y coacción a la libertad de trabajo» y condenado a siete años de cárcel. Tras 17 meses preso, fue puesto en libertad.
La historia se repitió casi una década después. En noviembre de 2018 fue arrestado nuevamente. Esta vez le sometieron inconstitucionalmente a un juicio militar y le acusaron de ataque al centinela, ultraje al centinela y ultraje a la Fuerza Armada Nacional (FAN). Tras 20 meses y varios problemas de salud que pusieron en riesgo su vida, recibió un «indulto» de Maduro.
Ni los 15 años de persecución política ni tampoco los 37 meses de cárcel en condiciones paupérrimas han aplacado su espíritu. Como él mismo dice:
«Cuando salgo de prisión no tengo nada que temer, y no tengo nada que temer porque lo único que hice y seguiré haciendo es defender los intereses de los trabajadores. En estos momentos de crisis acentuada que realmente tienen los venezolanos, nosotros tenemos que ser beligerantes, con mayor fortaleza, aún en medio de la persecución y los encarcelamientos».
Ante este panorama y con un Gobierno cerrado a cualquier tipo de consenso, el movimiento sindical liderado por González ha buscado alternativas en la política. Aún sin estar del todo de acuerdo, los actores de oposición ofrecen un espacio de diálogo y una opción sólida para construir una plataforma hacia futuro. No en vano, sostuvo una reunión con Juan Guaidó el pasado miércoles 16 de febrero.
Mientras que estas alternativas democráticas no se consoliden, González le cuenta a TalCual que sigue levantando la voz por la fuerza laboral de Venezuela, exigiendo los derechos que el chavismo ha hecho desaparecer progresivamente en más de dos décadas de régimen. Contra viento y marea roja, los trabajadores de las empresas básicas de Guayana siguen al pie del cañón.
¿Cómo fue el regreso a la actividad sindical tras su encarcelamiento?
—Después de mi excarcelación, con todo el apoyo de los compañeros, del Movimiento Unidos en la Conciencia, de la Unión Intersectorial, de los trabajadores de Guayana y en general de todo ese apoyo que recibí a nivel nacional e internacional. Estaba preso por una patraña política del gobierno, las instituciones del Estado están secuestradas y realmente toman las decisiones conforme a las directrices políticas del régimen. Yo no hice nada para estar tras las rejas. Como no hice nada la primera vez en el 2009, tampoco lo hice en el 2018, simplemente estaba ejecutando nuestra labor que es defender los intereses de los trabajadores, para lo cual fuimos elegidos.
Estamos con un régimen que no respeta los derechos de los trabajadores, no respeta las convenciones colectivas, no respeta la autonomía sindical; no respeta, en este caso, todas esas luchas ancestrales que tuvieron esos dirigentes sindicales para después plasmarlas en estas convenciones colectivas.
En estos tiempos la persecución ha sido atroz contra los trabajadores. Tenemos dos compañeros de 70 y de 60 años, (William Echarry y Juan Blanco, excarcelados el 17 de febrero) que los agarraron y los privaron de libertad por defender sus jubilaciones, denunciar la suspensión de beneficios y exigir justicia. Los compañeros de Sidor y el resto de las empresas están siendo jubilados forzosamente.
Por exigir todo eso somos perseguidos. Ahí tenemos el caso de Rodney Álvarez que tiene casi 11 años preso y todos sabemos de antemano quién es el asesino, es Héctor Maicán, pero las patrañas políticas del régimen tienen a un inocente tras las rejas para salvar, en este caso, a un asesino, porque pertenece al Fbttt (Federación Bolivariana de Trabajadores y Trabajadoras del Transporte, Afines y Conexos), al Movimiento 21. Tenemos a Eudis Girot, a Guillermo Zárraga, tenemos varios compañeros que están tras las rejas porque levantaron la voz en lo que a ellos les corresponde, que es defender los intereses de los trabajadores.
Dentro de la Intersectorial de Trabajadores de Guayana y Unidad en la Coincidencia buscamos el entendimiento para transitar juntos, para reclamar nuestro derecho, que es el bienestar general de los trabajadores. Pero si nosotros no salimos de esta delincuencia organizada, si no salimos de esta dictadura, sencillamente eso va a ser imposible.
Para leer la nota completa, pulsa aquí
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.