El usurpador Nicolás Maduro en medio de un acto de ascenso de oficiales adscritos a la “Guardia de Honor Presidencial” y a la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), se pronunció sobre la decisión de dejar sin efecto la expulsión de la embajadora de la Unión Europea en Caracas.
Maduro admitió que fue una decisión dura, pero a la misma vez digna, ante las últimas sanciones emitidas por la Unión Europea, en contra de sus compinches.
«El lunes pasado me tocó tomar una decisión dura, difícil, por las sanciones de la Unión Europea, pedir a la embajadora que se retirara del país en las próximas 72 horas, una decisión digna, pero dura», dijo.
En ese sentido, señaló que su Canciller Jorge Arreza le informó de una conversación que tuvo con el Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Josep Borrell, que «fue tensa y dura en un principio, donde hicimos un reclamo sólido sobre la ilegalidad y la injusticias de esas sanciones pretendidas», expresó.
Ante esas conversaciones, el usurpador aseguró que «Surgió la idea de tomar el camino del diálogo político y diplomático entre la Unión Europea y el gobierno venezolano, se hizo la solicitud de suspender la expulsión de la UE en Caracas, me pareció buena idea. Me parece que es lo más inteligente y apropiado, y además lo que se corresponde con lo que nosotros buscamos: que el mundo escuche la verdad de Venezuela, que la UE entre en otro entendimiento y haya una rectificación en su papel», resaltó.
Para finalizar, saludó el comunicado en conjunto entre el régimen y la Unión Europea, donde se deja sin efecto la expulsión de la representante diplomática en Caracas.
«Saludo el comunicando conjunto firmado por Borrell y Arreza, y pido todo el apoyo de la opinión pública venezolana para este acuerdo diplomático necesario, y el aplauso para estos pasos de la diplomacia de paz», concluyó.
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