Morirse es un lujo en Venezuela bien por lo costoso de un funeral o porque no hay un hospital que atienda a los pacientes agónicos. En los dos casos los venezolanos prefieren esperar la muerte en sus casas donde también realizan el velatorio para la despedida del fallecido.
Por ABC
«Hay personas que terminan muriéndose en la casa porque no pueden costear exámenes y tratamientos», afirma el doctor Julio Castro, infectólogo e integrante de la Red de Médicos por la Salud, una ONG que hace la evaluación de los hospitales en el país. Castro presentó la última Encuesta Nacional de Hospitales en la que advierte sobre el cierre parcial e inoperancia de las áreas de y servicios de los hospitales han obligado a las personas a morir en sus casas porque no pueden tener acceso a la mínima atención médica.
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Y la razón es porque han colapsado los centros de salud por «el déficit de personal e insumos y la falta de una política de rehabilitación y atención de la emergencia en todos los hospitales del país. No hay forma de garantizar el diagnóstico y seguimiento en ninguno de los hospitales», sentenció.
Su estudio se basó en 40 hospitales donde no hay un solo laboratorio de microbiología que funciones, tampoco una prueba de hepatitis A. «55% de los servicios de laboratorio en los hospitales están cerrados. Si se les suman los intermitentes, llegamos a 84%. Más de la mitad de los hospitales no pueden hacer una placa de tórax. Hay 58% de inoperatividad», precisó.
Al cierre parcial de los hospitales se suma el éxodo de personal como médicos, paramédicos y enfermeras. La Federación de Médicos de Venezuela ha dicho que unos 22.000 médicos más de 6.000 enfermeras y bionalistas han emigrado. Y su ausencia se nota más en las salas de urgencia.
«Hay un hueco que están llenando los médicos integrales comunitarios en las emergencias. Pero su pensum fue diseñado para la atención primaria y no para la atención crítica. No hemos detectado emergencias cerradas persistentemente por falla de personal, pero su funcionamiento no es el mínimo requerido», afirmó.
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En su presentación a los medios, Castro también denunció el regreso de enfermedades que habían sido erradicadas hace más de 30 años. Es el caso del repunte de la malaria y la tuberculosos que ahora tienen características de epidemias. Castro expresó: «teníamos un promedio de entre 7 mil y 8 mil casos de tuberculosis al año y estamos viendo más de 14 mil anualmente. Es decir, tenemos una tasa de tuberculosis de 47 por cada 100 mil habitantes. Esto significa una alarma que debe ser atendida con urgencia».
En su recién informe, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que la cifra de tuberculosos de 47, 80 casos se duplicó en el 2019. Hace cuatro años en 2015 la tasa era de 28 tuberculosos por cada cien mil habitantes.
El deterioro de la infraestructura de los centros de salud, la falta de insumos y medicamentos y de personal médico ha obligado a la Asamblea Nacional ha declarar la emergencia hospitalaria nacional.
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