A Whitney Lozano le da vergüenza tomar pastillas en público, sobre todo en la escuela. Siente que sus compañeros le van a hacer acoso escolar por su condición. Diariamente, puede tomar hasta 25 pastillas.
Por Crónica Uno
Cumplir un tratamiento estricto es uno de los desafíos que tiene que afrontar Whitney, de 10 años, y todos los niños y adolescentes que padecen fibrosis quística (FQ), una enfermedad que le provocó insuficiencia pancreática y alergias múltiples.
Su madre, Neida Subero, tiene que darle los medicamentos a escondidas porque a Whitney le da pena y en el colegio le pasa igual. Aunque se los toma con ayuda de su maestra.
Los pacientes con esta patología pueden ser víctimas de acoso y discriminación en la escuela. De acuerdo con algunos testimonios, esto sucede generalmente por desconocimiento de la enfermedad.
Madres de niños con fibrosis contaron que otros compañeros de clases señalaban a sus hijos porque pensaban que “los iban a contagiar”.
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