Venezuela salió del ciclo hiperinflacionario tras cuatro años, una noticia que el régimen de Maduro y sus seguidores celebran junto con los nuevos negocios que proliferan en todo el país, pero que los ciudadanos no perciben en los precios del mercado ni en sus devaluados salarios.
Tanto o más que en años anteriores, los ciudadanos siguen padeciendo los aumentos indiscriminados de precios, pues, si bien en diciembre se registró un 7,6 % de inflación, acumulando 12 meses continuos por debajo del 50 %, «la hiperinflación deja huellas».
Así lo explica el economista Ronald Balza Guanipa, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), quien coincide en que la cifra de diciembre puso fin al ciclo hiperinflacionario.
Su fundamento para llegar a esa conclusión es la definición más aceptada, establecida por el estadounidense Philip Cagan en 1956, que reza que son necesarios 12 meses con aumentos de precios inferiores al 50 % para considerar superada la hiperinflación.
«No significa que salimos del problema, hay muchos que no van a salir nunca porque ya no están entre nosotros. Entonces, es bueno no simplificar, (…) mucho de lo que se destruyó en el camino es irrecuperable», destacó Balza en entrevista a Efe.
No alcanza
El Banco Central de Venezuela (BCV) muestra que la inflación fue del 686,4 % en 2021, lo que mantiene al país como la nación con la cifra más elevada del mundo. En América Latina, Argentina aparece en segunda posición (50,9 %) y Brasil en tercera (10,2 %), muy lejos de sus datos de Venezuela.
Las cifras tienen su eco en el clamor de los ciudadanos que aseguran que en el país «no alcanza» el dinero, pues los precios son «exorbitantes» y «todo está dolarizado totalmente».
Los sueldos se cobran en bolívares, la depauperada moneda local, pero casi todo se paga en dólares, tal y como subraya el obrero caraqueño Orlando Bolaños.
«El Gobierno central que se ocupe de las necesidades del pueblo, que estamos pasando trabajo. Usted ve gente todavía en los botaderos de basura recogiendo comida porque sus sueldos no alcanzan para comprar alimentos (…) Vean por el pueblo porque de un bono la gente no vive. Págame un buen sueldo y yo veo que hago con mi plata», cuestionó este trabajador.
Así, el venezolano simplifica lo que el economista Balza explica, al recordar que no es posible «pasar por alto el período de destrucción que ocurrió previamente», pues la mejoría que se estima para el país tras salir del ciclo no será palpable para todos.
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