Tener el apellido Baduel en Venezuela parece ser sinónimo de encarcelación. Además de la prisión del patriarca de la familia, dos de sus hijos también han enfrentado la cárcel, mientras que una de sus hijas ha sufrido amenazas judiciales por apelar la libertad de sus familiares.
Mientras el general Baduel estaba preso, su hijo Raúl Emilio Baduel fue detenido durante una protesta el 21 de marzo de 2014 en el estado Aragua. Junto a Alexander Tirado, fue condenado a ocho años de prisión por intimidación e instigación pública con artefactos explosivos y agavillamiento.
Baduel pasó por la cárcel de Alayón (Aragua), David Viloria (mejor conocida como Uribana, en el estado Lara); la cárcel 26 de Julio (Guárico); el Centro Experimental de Reclusión y Rehabilitación (Cerra – Aragua) y la cárcel Fénix en Lara.
En su testimonio para “La república que tortura”, una serie documental de TalCual, Baduel afirmó ser víctima de torturas y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes. Además vio como esos mismos malos tratos eran aplicados a los presos comunes en cada uno de estos centros de reclusión.
Tras cuatro años de prisión, fue liberado con medidas cautelares el 3 de junio de 2018 como parte de un proceso de liberaciones que realizó la comisión de la verdad de la extinta asamblea constituyente.
El siguiente de los Baduel en ser detenido fue Josnars Adolfo. El 4 de mayo de 2020 fue apresado en la población costera de Chuao (Aragua) junto a otras personas y señalado de estar presuntamente involucrado en la Operación Gedeón, como se nombró al intento de incursión militar para derrocar a Nicolás Maduro ese año.
Josnars Baduel dijo en un video que en su grupo venían dos ciudadanos estadounidenses que estarían trabajando con la asesoría de la seguridad del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, material que fue cuestionado por presentar fallas entre el audio del mismo y la boca del detenido.
Ese día fue llevado a la sede de la Dgcim ubicada en Boleíta, y tiempo después fue llevado hasta El Helicoide, otro de los edificios del Sebin en Caracas. En todo ese tiempo sus familiares no han podido verlo, pero sí han denunciado que en al menos cinco ocasiones han sacado de urgencia a Baduel hasta un centro de salud, debido a cuadros de asfixia producto de las torturas a las que ha sido sometido.
“Perdió 26 kilos producto de las torturas, no le han establecido ni siquiera un régimen de visitas, no han permitido que se comunique con sus abogados. Está siendo víctima de tratos crueles, de torturas, de violaciones a su derecho a la defensa, a sus derechos humanos”, denuncia su hermana Andreina Baduel, quien fue víctima de amenazas judiciales luego de interponer un recurso de habeas corpus ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en favor de Josnars Adolfo.
Y es que en una decisión de la Sala Constitucional del TSJ, de fecha 15 de mayo 2020, se desestimó que hubiese una detención arbitraria o se configurara una desaparición forzada en el caso de Josnars Baduel, pero los magistrados no se quedaron allí, sino que ordenaron remitir una copia de su decisión “al Fiscal General de la República, a fin de que en el ámbito del ejercicio de sus atribuciones constitucionales proceda a verificar lo conducente por los presuntos hechos punibles cometidos por la accionante, ciudadana Andreina Baduel”.
La sentencia no se quedó solo en amenaza, pues Andreina Baduel debió cancelar una multa de 50 unidades tributarias. “Ya hasta usar los mecanismos que prevé la ley son usados para perseguir a la disidencia”.
“Condición de vida”
La dinámica de la familia Baduel ha cambiado desde que su padre está en prisión. Turnarse entre hermanos para las escasas visitas, llevar la comida y enseres necesarios dentro de la cárcel, son algunas de las rutinas que han tenido que establecer. “Yo he calificado esto como una condición de vida porque trastoca cualquier realidad que pueda tener una familia, y más en una terrible situación país como la que atravesamos los venezolanos”, asegura Andreina Baduel.
La hija del general retirado menciona que hasta “recuerdos que pudiésemos crear como familia nos están robando por tenerlos cautivos injustamente. Nos han robado todos menos la dignidad, la fe y la esperanza”.
Baduel además dice que van a seguir denunciando la situación no solo de sus familiares sino de los más de 300 presos políticos que se contabilizan en el país. “Estaremos denunciando ante organismos nacionales como internacionales. Pedimos a los venezolanos que se sumen a la causa de la libertad. Quienes tenemos familiares injustamente presos no somos los únicos que deberíamos alzar la voz, porque ellos son presos políticos por luchar por todos”.
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