Cuando la situación de enfrentamiento en el municipio Páez del estado Apure estaba en su pico más alto, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) había perdido varios oficiales, las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) habían sacado de su casa a una familia que después apareció muerta y vestida como los guerrilleros, del otro lado de la confrontación el ala de las FARC-Gentil Duarte se comunicaba desesperadamente con todos los operadores políticos que algunas habían visitado su campamento, con los políticos y militares con quienes había tenido comunicación, en fin, lanzó puentes. Lograron una reunión el 2 de abril que calmó la guerra.
Por Sebastiana Barráez | Infobae
Fue el 2 de abril cuando los esfuerzos de Jorge Eliécer Jiménez Martínez, alias Arturo, dieron buenos resultados y se dio la reunión en territorio apureño, con presencia de miembros del Partido Comunista de Venezuela (PCV), de los Tupamaros, de gran cantidad de organizaciones de la revolución bolivariana, incluso del Partido Socialista de Venezuela (PSUV). Lo que llama la atención es que todos sabían de la existencia del campamento, como también lo sabían los militares y los habitantes del municipio Páez y gran parte de Apure.
Un hombre, con un brazo incapacitado pero que habla muy firme, les explicó que “los problemas surgen cuando los generales y los de alta chapa quisieron tomar control del paso del combustible. ‘Aquí no estamos cobrando colaboración, tampoco secuestrando’, dijo el del brazo dañado y fue muy preciso en que esos militares lo que querían era que las FARC se fueran para ocuparse ellos del contrabando”, narró una fuente a Infobae.
“Antes de todo esto que pasó, el capitán de la base Naval, que era quien estaba pasando el combustible para el lado colombiano, se molestó porque estos de las FARC le frenaron el negocio. Entre las cosas que decían los FARC es que mientras en territorio venezolano conseguir alimentos era muy difícil, del otro lado había abundantes productos de los que se llevaban de aquí los militares”.
Fabián Guevara Carrascal, alias Ferley González, quien abandonó el 20 de marzo el campamento que las FANB bombardearon el 21 en la madrugada, se desplazó inmediatamente dentro del territorio venezolano, hasta la orilla de los ríos Arauca y Matiyure. Habitantes del municipio Achaguas, a siete horas de La Victoria, lo vieron desplazándose, el 29 de marzo, con sus hombres en seis camionetas, visitó a quienes se encontraban en las fincas de la zona, “informando” lo que estaba sucediendo en El Ripial, Tres Esquinas y La Victoria.
Lo que sucede en el territorio apureño es complicado. Por una parte, la presencia de tres grupos guerrilleros, todos armados, con intereses económicos y control de la zona: FARC, ELN y FBL/FPLN. Se le agrega el enfrentamiento interno entre oficiales de la GNB entre ellos y con el Ejército y la Armada. Además, la participación de actores políticos. Y relaciones entre todos ellos, unos de sociedad y otras de enfrentamiento. A todos los une un interés común: la poderosa industria del contrabando y las rutas del narcotráfico.
No es un secreto en la zona que el Gobernador de Apure, coronel Ramón Carrizalez, ampare a la Corriente Bolívar y Zamora, el ala civil de la guerrillera Fuerzas Bolivarianas de Liberación o Fuerzas Patrióticas de Liberación Nacional (FBL/FPLN), a la que pertenece el diputado Orlando Zambrano y el alcalde José María Romero, alias Chema.
Tampoco lo es que Carrizales tenga en su entorno, como Secretario de Seguridad de la Gobernación de Apure, al general de División (GNB) Francisco Alejandro Corona Preciado, a quien el Ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, lo designó en septiembre de 2020 en comisión de servicio para la Gobernación, después de ser Jefe del Comando de Zona 35.
Fue por Carrizales que el general Corona Preciado estuvo tres años al mando de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en Apure, cargo del que se negaba a irse. Después ocurrieron una serie de choques con el oficial que lo sustituye, el general de brigada Wilmer Octavio Herrera Manrrique, quien a su vez fue relevado pocas semanas después al ser nombrado el general Sergio Negrín Alvarado, quien fue asesinado el mismo día que se dirigía a tomar posesión del cargo.
La Fuerza Armada venezolana sacrificó ocho militares en la guerra interna entre la lucha de poder entre las FARC-Gentil Duarte y las FARC-Santrich y Márquez. Esa guerra se inicia cuando Seuxis Pausias Hernández Solarte, alias Jesús Santrich, y Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, traicionan el Acuerdo de Paz firmado con el Gobierno de Colombia y se separan para crear la Segunda Marquetalia; al reunirse con la disidencia de las FARC, que dirige Miguel Botache Santillana, alias Gentil Duarte, quien no había firmado el Acuerdo de Paz, éste les dice que son bienvenidos pero que deben ingresar a la organización como combatientes rasos y ganarse nuevamente su posición de comandantes de la organización guerrillera. Desde entonces están enfrentados.
La ventaja que tiene FARC-Santrich es que ha recibido el apoyo y la bienvenida de Nicolás Maduro. El otro grupo FARC-Gentil tiene mucha relación con dirigentes del chavismo. Por ahora hay un congelamiento de los ataques tanto de la Fuerza Armada como de la guerrilla colombiana.
Los más perjudicados han resultado los civiles del Alto Apure, aquellos que debieron huir hacia territorio colombiano, los que perdieron sus animales domésticos, sus sembradíos, incluso los que se encuentran con sus viviendas destruidas o saqueadas y a quienes el miedo aun no les permite dormir tranquilos.
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