Para septiembre de 2019 los cuatro grupos o feudos de la delincuencia organizada que gobiernan a Venezuela son:
- La Cúpula, liderada por Nicolás Maduro, Cilia Flores y los asesores cubanos.
- El mal llamado Cártel de los Soles o, para ser más precisos, el Alto Mando Militar de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
- La tenebrosa Corporación Siria liderada por Tareck Zaidan el Aissami Maddah, vicepresidente del Área Económica.
- La corporación familiar Diosdado Cabello.
Cada uno de ellos cumple con los estándares de la Unión Europea para ser calificados como grupo de delincuencia organizada.
La Corporación Siria es el tercer grupo político devenido en organización de delincuencia organizada, plenamente articulado con las estructuras formales del poder en Venezuela. Es, quizás, el más siniestro de los cuatro feudos por sus articulaciones, no solo con el terrorismo internacional, principalmente Hezbollah y Hamas, sino, también, en otro extremo nacional, con las grandes bandas delictivas venezolanas, llamadas Megabandas, con las que intenta monopolizar el microtráfico, menudeo y venta local de cocaína.
Más que un grupo que se reúne periódicamente para planificar estrategias, objetivos y próximos pasos, parece obedecer a una alianza tácita, a un origen étnico común y a una manera de ver las cosas. El ejemplo del dictador sirio Bashar al Assad, que frenó la Primavera Árabe en su país y se aferró al poder, sumiendo a su nación en una cruenta guerra civil, puede gravitar sobre su óptica política.
Los principales y más destacados miembros de la Corporación Siria son:
– Tareck Zaidan el Aissami Maddah, vicepresidente de la República de Venezuela hasta junio de 2018. Actualmente ocupa la Vicepresidencia del Área Económica y es ministro del poder Popular para Industrias y Producción Nacional.
– Elías José Jaua Milano, ha sido ministro de Educación, ministro para las Comunas, Canciller, vicepresidente de la República, ministro de Agricultura, ministro para la Economía Comunal y ministro de la Secretaría de la Presidencia.
– Tareck William Saab Halabi, designado como Fiscal General de la República por la ilegal Asamblea Nacional Constituyente. Se desempeñó como Defensor del Pueblo y gobernador del estado Anzoátegui.
– Haiman El Troudi Douwara, ex ministro de Transporte y Obras Públicas y ex ministro de Planificación
Los valores que esta corporación puede reconocer y admirar en el dictador sirio Bashar al Assad son:
- Cierta visión ideológica pragmática de izquierda.
- Estados Unidos como el gran enemigo, afinidad “antiimperialista”.
- Rechazo a valores occidentales.
- Una minoría puede imponerse para gobernar un país.
- Una minoría puede mantenerse a sangre y fuego en el poder.
- Ningún apego a principios democráticos.
- Fanatismo político.
- El costo de vidas humanas o destrucción material es intrascendente.
- El apoyo global a grupos terroristas con afinidades.
- Contar o esperar el apoyo internacional de Rusia.
- El apoyo incondicional a sus leales seguidores y compañeros de origen étnico.
- Sentido de clan o tribal.
- Mantener a América Latina como territorio de financiamiento de grupos terroristas del Medio Oriente y zona de descanso para sus líderes.
- La musulmanización gradual de América Latina, tomando como base de partida a Venezuela.
Pero además de creencias o ideales compartidos, la relación entre los gobiernos de Bashar al-Assad y Hugo Chávez, luego seguido por el de Nicolás Maduro, antes de que estallara la guerra civil en Siria y mucho antes de que la Corporación Siria emergiera como un grupo con fuerza propia en Venezuela, ya se había establecido con una fuerte empatía entre los respectivos gobiernos.
El presidente Hugo Chávez visitó tres veces Siria. La primera vez en agosto de 2006; luego en septiembre de 2009 y finalmente en octubre de 2010. Por su parte, Bashar al Assad y su esposa visitaron Caracas en junio de 2010. En esa oportunidad Chávez le entregó a su colega sirio una réplica de la espada del Libertador Simón Bolívar. Entre los Gobiernos de Siria y Venezuela se han firmado unos 30 tratados conocidos. A Chávez se le otorgó el doctorado honoris causa en relaciones internacionales en la universidad de Damasco y gozaba de gran popularidad en ese país. Todavía se recuerda el baño de masas que recibió en la provincia de As-Suwayda en dónde, como máxima expresión de afecto local una masa de jubilosos levantó en vilo el auto en el que se trasladaba el fallecido presidente venezolano. Se dice que en esa provincia casi la mitad de la población tiene algún pariente que emigró a Venezuela, en dónde se estima que viven entre 500 mil a 900 mil personas de origen sirio.
La relación entre Caracas y Damasco fue tan estrecha que incluso se llegó a establecer un vuelo semanal directo entre ambas capitales; hecho que levantó suspicacia internacional. En el año 2012, ya en plena guerra civil en Siria, la hermana de Bashar al-Assad salió del país luego del asesinato de su marido en un atentado y se refugió en Venezuela con sus cinco hijos, por varias semanas.
El líder indiscutible de la Corporación Siria es Tareck El Aissami, joven dirigente universitario de línea dura de la extrema izquierda en la ciudad de Mérida. Un tipo considerado de “armas tomar”, violento, peligroso y relacionado con actividades criminales de robo de vehículos desde que era líder estudiantil en la Universidad de Los Andes, en Mérida. Su primer cargo en la administración pública fue como jefe de la Misión Identidad en 2003, adscrita al Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería. SAIME, en la que se otorgó cédulas de identidad a cientos de miles de personas, muchos excluidos de los servicios del Estado, pero también, según denuncias de la oposición políticas, a extranjeros a los que no les correspondía. La cedulación masiva, tanto la regular como la irregular, contribuyó fuertemente a los sucesivos triunfos electorales de Hugo Chávez. Pero, en el plano internacional, también se le acusa de proveer pasaporte e identidades venezolanas a miembros de grupos terroristas.
Tareck el Aissami fue diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela por el estado Mérida en el año 2006. A partir del año 2007 y el 2008 fue viceministro de Seguridad Ciudadana, y luego, por 4 años el presidente Chávez lo designa como ministro de Relaciones Interiores y Justicia. Ahí le tocará “neutralizar” a su paisano Walid Mackled, gestor fundamental para las conexiones del narcotráfico de las FARC, la salida de los alijos por Venezuela y los destinatarios finales en México. Mackled se había convertido en un “socio incómodo” demasiado visible, vulnerable y con ambiciones políticas al que había que frenar y apartar. El caso Mackled significó un “quiebre” para el novel, pero duro ministro. Existían relaciones familiares entre ellos, el narcotraficante hacía gala de la amistad con un hermano de El Aissami. Pero, privó la obediencia a la decisión del presidente Chávez y el ministro cumplió escrupulosamente la misión encomendada. Luego, de forma sostenida y sistemática se dedicó a perseguir, detener y extraditar a todos los narcotraficantes que operaban desde Venezuela, o que se habían venido de Colombia a Venezuela, siempre y cuando no le prestaran servicio o gozaran de la simpatía de las FARC. Es decir, eliminó totalmente la competencia que los embarques de cocaína de la FARC pudieran tener en Venezuela. El Aissami hace gala de que deportó a muchos narcotraficantes tanto a Colombia como a los Estados Unidos, pero cuando se detalla la lista de ellos se evidencia contra quiénes actuó realmente el ministro.
También como ministro de Relaciones Interiores le tocó negociar con delincuentes comunes para poder terminar la revuelta en la cárcel de El Rodeo. A raíz de estos hechos en el 2011 se crearía el Ministerio de Servicios Penitenciarios y se consolidaría el “pranato” en las cárceles, una nueva y terrible modalidad de delincuencia organizada y el Aissami iniciaría relaciones y alianzas con bandas de delincuentes comunes.
Desde su paso por la Misión Identidad, seguida por sus años en el Ministerio de Relaciones Interiores, corre el rumor de los pasaportes venezolanos entregados en grandes cantidades a extranjeros y especialmente a miembros de grupos terroristas del Medio Oriente; así como de brindar otras facilidades a estas organizaciones. Su padre Zaidan el Amin el Aisami fue el representante del partido con ramificaciones en diferentes países Baaz Árabe Socialista. Investigaciones recientes señalan que el grupo terrorista Hezbollah se financia con el narcotráfico y se dice que Tareck el Aissami participa en el movimiento de drogas y fondos ilícitos creados para ese fin; lo que permite también aumentar su fortuna personal, bien sea directamente construyéndose una lujosa mansión en el Caracas Country Club o a través de su amigo y testaferro Samark López Bello, dueño de aviones, yates, empresas y numerosas propiedades. El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos les ha abierto investigaciones y dictado sanciones a ambos y corre el rumor de que les fueron incautados propiedades y bienes por un valor de 600 millones de dólares.
Como gobernador del estado Aragua, electo en el cargo en el 2012, Tareck el Aissami consolidaría relaciones con las grandes bandas delictivas que hacen vida en esa región, especialmente la banda El Tren de Aragua asegurando que el narcotráfico de cocaína para consumo interno abasteciera a las redes de micro traficantes locales controladas por la delincuencia común. Cuenta con buenas relaciones con las Megabandas y no duda en acudir o apoyarse en ellos para algún trabajo sucio que requiera.
Otro miembro destacado de la Corporación Siria es Elías Jaua. Ya era conocido en su paso por la Universidad Central de Venezuela por la promoción cotidiana de disturbios, como miembro del brazo clandestino de la organización de extrema izquierda Bandera Roja. En 1996 conoció a Hugo Chávez y se sumó a su movimiento político. Jaua se ha desempeñado como ministro de la Secretaría de la Presidencia (2000-2001); ministro para la Economía Comunal (2003-2006); ministro de Agricultura y Tierras (2006-2010); Vicepresidente de Venezuela (2010-2012); Canciller (2013-2014); ministro para las Comunas y Movimientos Sociales (2014-2015); diputado a la Asamblea Nacional y para septiembre de 2017 era ministro de Educación. Para la Corporación Siria, Elías Jaua cumple una doble función: es un enlace fundamental con “La Cúpula” y en segundo lugar, tiene buena relación con los asesores cubanos. También formó parte de la jefatura del Frente Francisco de Miranda, que adiestró a unos 600 jóvenes venezolanos en Cuba y manejaba en Venezuela, antes de la crisis generalizada, la revistas y canal de televisión Columbeia, así como un aparato semiclandestino que se activaba en los procesos electorales.
Otro de sus integrantes es Tareck William Saab, nombrado ilegalmente Fiscal General de la República para sustituir a Luisa Ortega Díaz cuando esta comenzó a distanciarse del régimen. Saab es el más suave del grupo, un personaje acomodaticio. “El nuevo Fiscal tiene una memoria flexible y una moral caprichosa” tal como lo define el escritor Alberto Barrera Tyska. Pero desde su alta función impide o engaveta toda investigación que implique a funcionarios del régimen, de la fuerza armada o de cuerpos policiales involucrados en crímenes, violaciones de derechos humanos o corrupción. Además, junto con el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Mikael Moreno, mantienen sumiso el Sistema Judicial venezolano a “La Cúpula”; silencian y evitan darles curso a expedientes o avalan los forjados contra ciudadanos opositores y dan un aparente sesgo de legalidad al régimen. El Fiscal nombrado ilegalmente privilegia o beneficia a sus “paisanos” o a los recomendados o señalados por el poderosos tocayo Tareck el Aissami. Considera que debe dar entrevistas que satisfagan su ego y aparenten “normalidad” en Venezuela, pero acostumbrado a los periodistas complacientes de la televisión oficial o del canal Telesur, cuando asiste a medios internacionales estas no siempre le salen bien, como fue el caso de la entrevista en CNN en español que le hizo el periodista argentino Marcelo Longobardi el 19 de mayo pasado:
-Una pregunta simple, ¿por qué está detenido entonces el diputado Zambrano y no el señor Guaidó. ¿Cuál es la diferencia entre ambos?
(Silencio, titubeo) – Bueno, los tiempos históricos, los tiempos de la política los determina la investigación en curso. En este caso ya se la he descrito muy brevemente porque el programa es corto… Y simple y llanamente se lo vuelvo a…
-Porque da la impresión qué no se han atrevido…
-Está al margen de la Ley…
-¿Entonces porque no lo detuvieron?
-Si… Si… – Silencio, titubeo – Bueno, si siguen pensando así yo no… Yo de verdad no…
-Perdón, Fiscal, si ustedes consideran que Juan Guaidó está fuera de la Ley ¿por qué razón no ha sido detenido?
-Si… (Silencio, titubeo) El hecho de que no haya sido detenido no significa que no esté judicializado…
Otra figura importante de la “Corporación Siria” es Haiman El Troudi. Se presenta como el de ideología de extrema izquierda más dura. Gran amigo del español Juan Carlos Monedero, cofundador del partido español Podemos. Las fuertes creencias de El Troudi no quitan de que existan acusaciones de enriquecimiento ilícito en contra de familiares muy cercanos por el caso Oderbrecht.
Además de los cuatro destacados miembros de la Corporación Siria, en Venezuela circula información de cerca de 20 funcionarios altos y medios en puestos de Gobierno, igualmente de origen sirio o del medio oriente; así como familiares, como Haifa el Aissami, hermana del vicepresidente de la Economía, quién se desempeña como embajadora de Venezuela ante la Corte Penal Internacional en La Haya.
La Corporación Siria maneja narcotráfico y microtráfico, tráfico de influencias, sobornos, sobreprecios, manipulaciones en los tribunales y la Justicia; así como engranaje con las Megabandas de delincuentes comunes de la zona central del país, responsables de muchos asesinatos, secuestros y extorsión. Además, mantiene relaciones con los grupos terroristas Hamas y Hezbollah, no solo como intermediario con los grupos radicales de origen árabe establecidos en Venezuela y América Latina, sino también para el tráfico de cocaína que estos grupos están ahora utilizando para financiarse. La relación con el gobierno del dictador Bashar al Assad es tan estrecha que, según algunos rumores, éste habría enviado hace pocos días un pequeño contingente de sus hombres a Venezuela para reforzar la seguridad de Tareck el Aissami.
La Corporación Siria le asegura a La Cúpula una “puerta de entrada” de contactos y simpatía internacional entre grupos, partidos o gobiernos del Medio Oriente, tanto en Siria, Irán o Turquía, así como posibilidad de operaciones financieras, comerciales o clandestinas con organizaciones de esos países.
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