Ni la presión del gobierno, ni los constantes llamados a participar en las elecciones sirvieron para movilizar a los votantes del país, lo que derivó en que la llamada fiesta democrática pareciera realmente un funeral, pues los centros electorales lucieron tan vacíos que no se vieron ni las tradicionales colas que en otras votaciones se generaban en cada plantel.
Lopez | Rojas | La Prensa de Lara
Durante el recorrido realizado por el equipo de LA PRENSA se vieron a milicianos y guardias nacionales en las entradas de los planteles educativos que abrieron sus puertas entre las 6:00 am a 7:30 am. Esperaban por los electores, quienes llegaban tan «graneaditos» que pasaban directo. Les aplicaban alcohol en las manos, exigían uso del tapabocas y los ubicaban en sus respectivas mesas de votación.
En una de las pocas instituciones donde se vio cola de electores fue en la Unidad Educativa Ciudad Maturín y Unidad Educativa Lucrecia García (dos de los más grandes de Iribarren), pero la fila no llegaba ni a 7 personas. En varios centros hubo retraso porque los testigos de mesa llegaron tarde.
La poca afluencia de electores en los centros llevó a dirigentes del chavismo, así como alcaldes y gobernadores, a comunicarse vía WahtsAap con miembros de las UBCh a eso de las 4:00 pm, para que movilizaran a los votantes en lo que han denominado «operación remate». Julio León Heredia, gobernador de Yaracuy; Jorge García Carneiro, gobernador de La Guaira; y José Mujica, alcalde de Independencia (Yaracuy) usaron esa estrategia para marcar presión y aumentar los niveles de participación, sin embargo, a las 6:30 de la tarde los centros electorales seguían vacíos.
Lo que sí se vio fue proselitismo político por parte del partido oficial y acoso de funcionarios contra los medios de comunicación.
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