Más de 40 familias forman parte de un grupo de damnificaos en el estado Trujillo, algunos de ellos son de otras entidades, como Táchira y Miranda, tienen casi 10 años en la espera de una vivienda digna, mientras pasan sus días en las inmediaciones de una villa deportiva.
Mayra Linares | Diario de Los Andes
En el estado Trujillo, región andina del occidente del país en Venezuela como en muchos estados también se cuenta con una data de familias damnificadas, quienes luego de perder sus viviendas son asignados en refugios con la esperanza de obtener un techo propio.
Este es el caso de más de 40 familias que fueron ubicadas dentro de una villa deportiva, en el municipio Valera, parroquia Mendoza Fría, zona agrícola, donde en un edificio de tres pisos, conviven en habitaciones padres, madres, niños y niñas.
Esta distribuido por piezas, donde todo el núcleo familiar reside dentro de cada área, cada quien arregla el espacio como puede, allí no tienen cocina a gas, algunos cuentan con cocinas eléctricas, otros deben salir y armar sus fogones a leña.
La estructura del lugar ya está muy deteriorada, tiene filtraciones, el gobierno regional olvido hacerle mantenimiento. Cuentan los residentes que no hay nada seguro para su ubicación, los ha visitado el representante de refugios a nivel nacional pero por ahorita no hay proyectos.
Historias
Tal es el caso de una joven madre de 29 años con cinco hijos, quien es proveniente de la ciudad de Caracas, llegó allí porque perdió su vivienda y su esposo murió, ella es Karina Márquez quien hace la solicitud que le asignen vivienda en Caracas, de donde ella es.
Contó que en el mes de julio le indicaron que le había salido ubicación para Pampanito, pero hasta la fecha no la han ido a buscar para llevarla. Ella cuenta que tiene mucho temor, porque les están asignando viviendas de personas que migraron del país y las dejaron en abandono, y se han presentado casos que regresan y quieren sacarlos de la asignación.
Madres en espera de una ubicación
La familia Castellano es otro de los caso, llegaron al refugio desde el año 2016, perdieron su vivienda en la vía Boconó, lo único que lograron sacar fueron a sus hijos, perdieron todo, así lo conto Jhonathan Castellanos.
Otro de los casos son dos familias que desde hace tres años llegaron al refugio, perdieron sus viviendas por un talud de tierra, esto ocurrió en la parroquia La Beatriz, en donde dejó tapiado a un niño ellos también añoran un proyecto de vivienda.
Los afectados cuentan que ellos se sienten en el olvido, por el lugar nunca se ha apersonado el actual gobernador del estado, indican que hay instituciones que ni saben que en el lugar hay refugiados
Esta es la realidad que les toca atravesar a estos núcleos familiares, soportar las calamidades, para poder esperar si algún día el gobierno nacional les cumplen. Contaron que ya hace tiempo no les llega ni asistencia alimenticia ni tampoco de salud, todo lo deben buscar por sus propios medios.
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