El profesor de estudios políticos de la Universidad Austral de Chile coordinó la nueva publicación de la Unimet: «Transiciones políticas en América Latina, desafíos y experiencias», un recuento acerca de las principales tensiones políticas en la región que encuentra vigencia en la Venezuela del presente. ¿De qué transición hablamos?.
unque venía sonando con notable recurrencia desde hacía varios años, la palabra transición oficialmente empezó a ser parte de la jerga política venezolana actual desde que Juan Guaidó anunció el mantra del gobierno interino de 2019: “Cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”. Entonces, se hablaba de una transición hacia un régimen democrático como había ocurrido en varios escenarios a fines del siglo XX, cuando estos procesos protagonizaron la escena latinoamericana.
Sin embargo, a la luz del presente, cuando han transcurrido casi dos años del fenómeno Guaidó, ya se habla de otra transición, una que no necesariamente apunta hacia la democracia liberal, sino, por el contrario, hacia un régimen signado por características iliberales y autocráticas.
Un régimen que encarna el retorno del autoritarismo, el mismo que también vemos en varias tendencias políticas en el continente.
Sobre estos temas profundiza el nuevo libro editado por la Universidad Metropolitana, a propósito de su 50° aniversario: Transiciones políticas en América Latina, desafíos y experiencias. Con 328 páginas, la obra está coordinada por José Alberto Olivar y Miguel Ángel Martínez Meucci, y cuenta con ensayos de Elsa Cardozo, Carlos Castañeda-Mejía, Froilán Ramos Rodríguez, Yuruari Borregales Reverón, Jo-ann Peña Angulo, Alejandro Rodríguez, Jorge Battaglino, Luis Fernando Castillo Herrera y Jesús Calderón.
“El tema, de por sí siempre relevante, adquiere una pertinencia especial en el contexto que actualmente viven los venezolanos, por no mencionar a otras naciones hispanoamericanas que también se enfrentan a regímenes autocráticos”, señala Miguel Ángel Martínez Meucci, en el primer capítulo del libro. Martínez Meucci es doctor en Conflicto Político y Procesos de Pacificación por la Universidad Complutense de Madrid, y actual profesor de estudios políticos en la Universidad Austral de Chile.
En el penúltimo capítulo, también bajo la autoría de Martínez Meucci, se realiza un recuento histórico desde 1958 a nuestros días, a partir de dos transiciones políticas: la del Pacto de Puntofijo, surgida tras la dictadura perezjimenista, y la que él mismo denomina como poschavismo. Una entrevista con él nos aclara la realidad de este último panorama.
—La transición del posgomecismo duró 10 años, la de Puntofijo duró menos. ¿Cuánto cree que durará la del poschavismo?
—Es muy difícil contestar a esta pregunta, en tanto esa transición –hacia una democracia, al menos– aun no parece haber comenzado; más bien se sigue profundizando el carácter autoritario del régimen actual. Mientras no se vean gestos de apertura, de tolerancia, de reconocimiento, de convivencia, de apego a las normas constitucionales, de debilitamiento de la imposición autocrática, no podemos afirmar que estamos en una transición a la democracia. En todo caso, sí me atrevo a decir que una transición a la democracia poschavista difícilmente podría darse rápidamente, debido a que el país no solo no está regido por una democracia, sino que además las condiciones mínimas de funcionamiento del Estado se ven cada vez más comprometidas. Si las tendencias actuales se prolongan demasiado en el tiempo, lo más probable es que cuando se dé la oportunidad para una transición, las decisiones políticas sean altamente ineficaces como consecuencia de un Estado severamente corrompido, fracturado y debilitado.
—Pero se dice que en Venezuela hay una transición política. ¿Una transición hacia dónde? ¿Hacia una democracia o hacia otra cosa?
—Es difícil hacer afirmaciones tajantes en este sentido. No obstante, en atención a todo lo que podemos observar, me parece bastante claro que no nos encontramos en una transición hacia la democracia, sino más bien al revés: se fortalecen los términos de una dominación autocrática. ¿Esto quiere decir que mañana no pueda suceder un hecho insólito capaz de abrir las puertas a una redemocratización? No. Quiere decir que las tendencias observables en este momento apuntan en dirección contraria.
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