Un sujeto de origen libanés ligado al régimen de Nicolás Maduro fue vinculado al atentado contra la AMIA en 1994. Se trata de Amer Mohamed Akil Rafa cuya familia lidera el negocio de las criptomonedas en Venezuela.
Por Primer Informe
El informe del Atlantic Council titulado «El nexo Maduro-Hezbollah: cómo las redes respaldadas por Irán apuntalan al régimen venezolano”, vincula a este libanés-venezolano cuya familia tiene negocios directos con la cúpula que rodea a Nicolás Maduro en Venezuela, con el grupo terrorista que perpetró el atentado a la AMIA
El dossier también vicjula a Salman Roaif Salman, el cual está acusado de ser el sujeto que colocó la bomba del atentado a la AMIA en 1994.
El director del Centro para una Sociedad Libre y Segura (SFS, en inglés) de Washington, Joseph Humire, da cuenta que Amer Mohamed Akil Rada está vinculado a Salmab Roauf Salman, más conocido como Salman El Reda El Reda, señalado por la justicia argentina de ser el responsable de los atentados a la embajada de Israel en 1992 y a la AMIA en 1994.
El sujeto mencionado es parte del peligroso Clan Rada, una familia con fuertes negocios en Venezuela, asociado a la compra y venta de criptomonedas. Se sospecha que Amer Mohamed habría sido el mensajero que trasladó los detonadores con 300 kilos de amonal que estalló en la AMIA, que presuntamente habrían estado enterrados en el parque Lezama hasta antes del ataque.
Después de un exhausto análisis de la influencia del grupo terrorista Hezbollah en Latinoamérica se señala que un familiar de Akil Rada, Abdala Rada Ramel en 2017 fue deportado por Colombia. Según la revista colombiana Semana, Abdala Rada Ramel reveló a la justicia de su país que sus actividades ilícitas en Colombia se coordinaron con su “supervisor” Salman Raouf Salman por cuyo paradero EE.UU. ofrece 7 millones de dólares.
El mencionado informe también apunta a que autoridades argentinas no mencionadas en el texto, sospechan de Amer Mohamed Akil Rada podría estar involucrado en el ataque de Hezbollah a la AMIA y a la embajada de Israel.
Joseph Humire señaló al Clarín que productos de investigaciones en Argentina y Estados Unidos se logró demostrar «que Akil Rada entró a la Argentina en 1992, antes del ataque a la embajada de Israel, por la Triple Frontera”, pero no hay registro de su salida. Luego del atentado a la AMIA apareció en Brasil y hasta el “2014 permaneció en Venezuela”.
El dossier agrega que los “familiares de Akil Rada continúan operando en Venezuela y están involucrados en la industria de las criptomonedas, que está controlada por el régimen de Maduro”. Precisa que José de la Trinidad Ramírez Camacho, otro de las empresarios que manejan el negocio de las criptomonedas, fue recientemente acusado por el Departamento de Justicia de EE.UU. y tiene una recompensa de U$S 5 millones por ayudar a los funcionarios del régimen chavista a evadir las sanciones económicas. La acusación establece que Ramírez Camacho tiene “profundos vínculos políticos, sociales y económicos con múltiples supuestos capos de los narcóticos, incluido Tareck El Aissami”.
Uno de los hermanos de Amer Mohamed Akil Rada, dijo Humire, lidera el negocio de las criptomonedas que, junto con el oro, es una de las formas del régimen de Maduro de financiarse ante las sanciones económicas internacionales.
El informe señala que las conexiones del clan Rada con el régimen de Maduro “son a través de esta relación con Tareck El Aissami”, el ministro del Poder Popular del Petróleo de Venezuela. Para esta ONG norteamericana “los clanes Rada, Saleh y Nassereddine son parte de una red ilícita mundial de financistas y facilitadores de Hezbollah, operando fuera de Venezuela con protección de Maduro”.
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