El gobierno argentino apoyó una resolución en la ONU que condenaba las violaciones contra los derechos humanos cometidas por el gobierno de Nicolás Maduro. Un voto que molestó a la designada embajadora de Argentina en Rusia, Alicia Castro, íntima amiga del fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez. Le molestó tanto que renunció, generando, de paso, una grieta en el Ejecutivo de Alberto Fernández.
“Hoy quiero presentar mi renuncia como embajadora, porque no estoy de acuerdo con la actual política de Relaciones Exteriores. El 6 de octubre, en el 45° período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el voto de Argentina acompañando la Resolución del Grupo de Lima constituye un dramático giro en nuestra política exterior y no difiere en absoluto de lo que hubiera votado el gobierno de Macri”.
El párrafo anterior es un extracto de la carta de renuncia de Alicia Castro, hasta este miércoles designada embajadora de Argentina en Rusia.
Su dimisión es consecuencia de lo ocurrido este martes en Ginebra cuando tocó votar por una resolución sobre Venezuela. Cabe recordar que este país estuvo en boca de todos durante el 45º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos. En un primer momento por el informe de una misión independiente de la ONU que señalaba a Nicolás Maduro y otros altos jerarcas del gobierno de cometer crímenes de lesa humanidad. Y después por la actualización de la situación en Venezuela realizada por la alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien denunció más de 2.000 ejecuciones extrajudiciales.
Con estos informes sobre la mesa, se redactarondos resoluciones. Una que mostraba preocupación por las violaciones de derechos humanos en Venezuela. Y otra que las condenaba enérgicamente e instaba a la misión independiente de la ONU a continuar las investigaciones al menos dos años más. El gobierno argentino votó por la segunda, que fue la que salió adelante con el apoyo de Estados Unidos, la Unión Europea, y los países latinoamericanos que integran el Grupo de Lima.
Nada de esto gustó a la ya exembajadora Alicia Castro. No le gustó porque “promueve la franca injerencia en los asuntos internos”. Porque “demoniza a Venezuela, sus autoridades legítimas y su pueblo”. Porque Argentina “votó junto al grupo de países latinoamericanos que han seguido a pie juntillas las instrucciones de Estados Unidos de demoler a Venezuela”. Y porque se alineó con “Reino Unido, cuando Venezuela ha sido aliada constante y ejemplar de Argentina”.
La embajadora “chavista”
El argumentario de Alicia Castro bien pudo ser el de un militante chavista. Y es que en cierto modo lo es. De hecho, como “chavista” la etiquetan en los principales periódicos de Argentina, La Nación y Clarín.
Además, conocida es la buena relación de Castro con el expresidente venezolano Hugo Chávezcuando fue embajadora en Caracas entre 2006 y 2011, durante el gobierno de Néstor Kirchner en Argentina.
Un Chávez al que, por cierto, Castro nombra en varias ocasiones en su carta de renuncia como ejemplo de político latinoamericano valiente, comprometido con la paz y la integridad regional. Eso dijo.
La embajadora afirmó que Chávez es uno de los líderes que participaron “en el proceso de forja de la unidad regional” en la década pasada. Que Chávez “promovió” los Acuerdos de Paz de Colombia junto a Néstor Kirchner y Fidel Castro. Que Chávez fue uno de los “tres mosqueteros” que junto a Néstor Kirchner y Lula da Silva armaron el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas.
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