Este jueves los docentes jubilados de Carabobo protestaron frente al Capitolio de Valencia en rechazo a los míseros salarios que reciben, con el que no pueden adquirir más de un producto de la canasta básica ni comprar las medicinas tan requeridas a la tercera edad.
Entre un millón 200 mil bolívares y dos millones es el sueldo actual de quienes cumplieron entre 25 y 30 años de labores docentes. “Nos da tristeza, ganas de llorar, que después de tantos años de trabajo tengamos un salario tan miserable”, expresó Belquis Sandoval.
Yolanda Santana, miembro de la Asociación de Docentes Jubilados de la Gobernación de Carabobo, no supo discernir si fue rabia o dolor lo que sintió cuando fue al mercado y vio que el cartón de huevos superaba los dos millones de bolívares. “De verdad que la situación ya es insoportable. Quedé indignada. Ya no se puede ni comer”.
Sin beneficios
Los manifestantes también reclamaron por la remoción de los beneficios laborales como el HCM y el bono de medicinas que dejaron de recibir hace dos años.
Santana se siente desamparada y reza todas las noches para no enfermarse: sabe que no puede acudir a un hospital porque en medio de la pandemia están abarrotados; tampoco a un centro privado porque los costos son exhorbitantes. No contar con asistencia médica y no tener ni para los medicamentos le parece insólito. “A estas edades todos padecemos de algo, mínimo de la tensión, y hay pastillas que nos cuestan hasta 16 millones de bolívares”.
Seguir trabajando
Para Belquis Sandoval, docente con postgrado y 30 años de servicio, el gobierno regional obliga a los jubilados a seguir trabajando para sobrevivir. Lo más difícil: lidiar con el cansancio a los 67 años de edad.
Hace unos meses Sandoval consiguió empleo en una tienda y debe permanecer ocho horas de pie. “Jamás pensé que a mi edad, habiéndome preparado tanto profesionalmente y después de todos esos años de servicio iba a terminar trabajando en una tienda. Pero tengo que hacerlo, porque con los aguinaldos de la gobernación sólo pude comprar un kilo de pasta”.
Otras profesoras han recurrido otras actividades como repostería, las manualidades y las tareas dirigidas para tener una fuente de ingreso en sus hogares.
“Lo mucho o poco que saben es por nosotros”. Los protestantes solicitaron a la gobernación de Carabobo tomarse en serio las reiteradas denuncias del gremio, y exigieron al mandatario de la entidad, Rafael Lacava, dignificar los salarios para el bienestar de sus trabajadores. “Mientras nuestro salario va por las escaleras, el aumento de los precios va por el ascensor. Entonces el llamado es la gobernación, que piensen en nosotros porque lo poco o mucho que saben es gracias a nosotros los docentes”, exigió Raquel Mota.
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