Narcotráfico, homicidio, robo, secuestro y extorsión. Esos son los cargos por los cuales Carlos Luis Revete debería estar preso. En lugar de eso, el delincuente conocido como «El Coqui», ejerce con total impunidad (e inmunidad) el control criminal del sector Cota 905, que ocupa gran parte de las montañas del suroeste de Caracas.
Por Primer Informe
Revete es en parte responsable del surgimiento del fenómeno de las «megabandas» venezolanas.
Estas organizaciones criminales tienen más de 50 miembros, son más organizadas y están mejor armadas que las pandillas callejeras tradicionales e imitan la estructura jerárquica de las pandillas carcelarias de Venezuela.
El imperio criminal de «El Coqui» solo ha sido posible de construir, y mantener, con la aprobación implícita del régimen de Maduro. Se estima que la banda que él maneja cuenta con aproximadamente 180 miembros.
El arsenal que maneja la banda que controla la Cota 905 incluye hasta bazucas.
Además, maneja un arsenal que incluye cerca de 200 granadas, 15 fusiles AR-15 y 150 armas de fuego más pequeñas. De esta manera, su banda tiene casi el mismo poder de fuego de las fuerzas de seguridad. En fotografías, incluso se observan miembros de la banda portando una bazuca.
Este poder de fuego es equiparable, y en ocasiones superior, al de las fuerzas policiales.
La paz mafiosa
La Cota 905 fue uno de los primeros sectores en acogerse al programa de las llamadas «zonas de paz» propuesto por Maduro en enero de 2015. Eso significó la transferencia casi formal del control del territorio a las organizaciones criminales. Revete alcanzó desde entonces un acuerdo con la administración chavista.
Luego de eso, en varias ocasiones Maduro ha ordenado en ese sector las llamadas Operaciones de Liberación del Pueblo. Esos despliegues han sido abundantemente denunciados por violaciones a los derechos humanos, incluyendo numerosas ejecuciones extrajudiciales.
Curiosamente, ni Revete ni su estructura criminal son tocados durante esos operativos. Eso ha hecho cimentado las sospechas del pacto de ese capo criminal y el chavismo.
Una de las mayores pruebas de esa alianza es la reunión que en agosto de 2017 sostuvo Delcy Rodríguez, la actual vicepresidenta de Maduro, con «El Coqui», reveló el portal Insight Crime. Entonces Rodríguez presidía la recién creada asamblea constituyente chavista.
En julio, miembros de la banda de El Coqui atacaron a agentes de la CICPC en la Cota 905. Poco después se les ordenó a los agentes que salieran de la zona, una situación que se ha hecho común cuando se afecta a la banda de El Coqui.
Este meme que ha sido copartido en las redes sociales en Venezuela ilustra la percepción que tiene el público acerca de la alianza de El Coqui con las fuerzas de seguridad de régimen madurista.
Básicamente, la policía tiene prohibido ingresar a las áreas controladas por la banda.
Durante años, el sector ha sido objeto de violencia y arbitrariedades por parte de la policía, lo que ha dado origen a una profunda antipatía de los habitantes del sector hacia los organismos de seguridad.
En este contexto, las pandillas ganaron poder social y son reconocidas como autoridades de facto en la comunidad.
A lo largo de 2019 ha habido nuevas señales de que El Coqui se siente a salvo de cualquier daño. En junio de 2019, el criminal estuvo presente en el pomposo funeral, en honor de uno de los miembros de su pandilla, cuya ceremonia fue presidida por Alex de Castro, reconocido salsero puertorriqueño y pastor.
La estrategia de aliarse con otros otros líderes pandilleros sigue siendo aplicada por Revete y eso le habría permitido llegar hasta el Arco Minero del Orinoco. El peligroso delincuente estaría vinculado bandas que mantienen operaciones mineras ilegales en Bolívar.
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