Samark López es un hombre de negocios en Venezuela cuya fortuna creció gracias a los contratos gubernamentales de los últimos 20 años
Tal Cual
Las autoridades de Estados Unidos vendieron el 21 de julio una propiedad confiscada en 2016 al empresario Samark López Bello, señalado como presunto testaferro del vicepresidente del Área Económica y actual ministro encargado de Petróleo, Tareck El Aissami; una finca palaciega ubicada en Coral Gables, Florida, de aproximadamente unos 15.000 pies cuadrados.
De acuerdo al portal The Real Deal, la mansión fue vendida por $12,25 millones por la empresa 777 Florida Properties LLC, dirigida por Steven Lempera, presidente de Future Environmental, de acuerdo a los registros a los que tuvieron acceso.
Esta propiedad, que a Samark López le costó $16,5 millones cuando la compró recién construida en 2015, tiene nueve habitaciones y nueve cuartos de baño, así como también tiene una piscina con vista a la playa.
La venta de la propiedad de López se hizo luego que Estados Unidos confiscara los bienes del amigo de El Aissami como parte de una decisión judicial en el contexto de un juicio contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), específicamente cuando secuestró a cuatro excontratistas estadounidenses en 2003 y que fueron rescatados junto a la excandidata presidencial Ingrid Betancourt. El juicio otorgó a los secuestrados de EEUU una indemnización por el orden de los 318 millones de dólares.
Para la confiscación de los activos del empresario, la justicia estadounidense alega que Samark López habría supervisado el envío de sustancias ilícitas desde aviones que salieron de una base venezolana, al igual que se le acusa de ser uno de los dueños de varios cargamentos de 1.000 kilos de estos narcóticos que habrían salido de nuestra nación.
Supuestamente, El Aissami también coordinó los envíos de drogas a Los Zetas, un cartel mexicano de drogas, y brindó protección al narcotraficante colombiano Daniel Barrera Barrera, según el gobierno federal.
López es un poderoso hombre de negocios en Venezuela cuya fortuna creció gracias a los contratos gubernamentales obtenidos en las dos últimas décadas. Fue sancionado por Estados Unidos en 2017 como “capo de la droga” junto a Tareck El Aissami, por supuestamente lavar beneficios del tráfico internacional de narcóticos.
Sin embargo, la defensa de Samark López dice que los vínculos que pudiera tener el empresario con las FARC son muy débiles «en el menor de los casos», labor legal que cuenta con Dick Gregorie, un exfiscal de Miami con un largo historial de encarcelar a narcotraficantes.
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