El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) denunció que privados de libertad recluidos en la sede del Cuerpo de Investigaciones Científica Penales y Criminalísticas (CICPC) de El Vigía, estado Mérida, son sometidos a “golpizas” por parte de los uniformados de ese centro.
La ONG relató la situación de unos de los afectados. Kelmy Eduardo Villareal Araque, de 24 años de edad, fue “brutalmente golpeado” y sufrió un traumatismo abdominal, que le ocasionó una hemorragia el pasado 31 de mayo.
Los familiares de Villarreal también denunciaron que el joven perdió al menos tres litros de sangre y tuvo que ser sometido de forma inmediata a una cirugía. En la operación quirúrgica, los médicos tuvieron que extraer el bazo debido a que quedó destruido tras la golpiza.
De acuerdo con la denuncia, los privados de libertad son golpeados al momento en que los funcionarios del CICPC realizan una requisa. Los familiares también alertan que los policías atribuyen estos hechos a riñas entre reclusos. Pero esta versión ya ha sido desmentida por los allegados de los presos.
Cada vez que quieren les hacen requisa, les sacan todo y se los botan, los humillan y además de eso los golpean. Así mismo los sacan de las celdas cuando les provoca o se meten y los golpean hasta el punto de que ya casi matan a un muchacho”, dijo una familiar de Villarreal para OVP.
El OVP indicó que el CICPC desestimó la versión de las golpizas. Desde sus filas afirman que los maltratos son producto de riñas entre reclusos a pesar de la declaración de Kelmy, quien reafirmó su versión desde los tribunales.
A pesar de esto, el tribunal de su jurisdicción en El Vigía acordó su traslado a otra sede policial, aunque hasta ahora no se ha ejecutado esta medida. El domingo 5 de junio, a pesar de estar recién operado, fue trasladado nuevamente a los calabozos del CICPC.
Los privados de libertad son distribuidos en tres celdas: una de mujeres y dos de hombres donde conviven al menos 65 presos.
Los familiares comentaron que Villarreal está recluido en un calabozo donde se encuentran 40 detenidos. Los presos deben hacer sus necesidades en bolsas. Solo les permiten tener un envase de un litro de agua, el cual es usado para su aseo personal y consumo.
Familiares temen por la vida de Kelmy, pues los dos primeros días no le habían dado su tratamiento. También temen que su herida pueda infectarse por la insalubridad.
El OVP destacó en un informe publicado en mayo de 2022 que la población reclusa, por sus condiciones de encierro, depende necesariamente del Estado para la promoción y la protección de la salud.
La organización recordó que desde el año 2019 la primera causa de muerte en las cárceles del país es por padecimientos de salud. Además, añadió que no existe un centro de salud completamente operativo dentro de los perímetros de la cárcel.
En el informe, la ONG señaló que la falta de médicos fijos y cualificados, personal de área de la salud en general, medicinas e insumos médicos, deja al descubierto la omisión del Estado venezolano.
De acuerdo con el estudio, al menos 126 personas privadas de libertad fallecieron en el año 2021, de los cuales 90 fueron por cuestiones de salud.
También mencionan que no pueden trasladarse todos los días hasta esta sede policial debido al costo del pasaje. Diariamente deben gastar hasta 10 dólares para poder llegar al lugar.
Los familiares de los otros presos que están recluidos en el CICPC El Vigía también temen por su seguridad, aseguran que los presos constantemente son golpeados.
El OVP denunció que esta situación está sucediendo desde el año 2020. Para ese momento, familiares denunciaron que los presos eran sometidos y golpeados con tubos y otros objetos. Actualmente exigen a las autoridades investigar y sancionar a los responsables de la violación constante de los derechos humanos en esta sede policial.
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