Las denuncias de tortura en los calabozos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) siguen apareciendo como parte de las políticas de ensañamiento en contra de los presos políticos del régimen de Nicolás Maduro.
Esta vez la abogada defensora de los Derechos Humanos, Tamara Suju denunció un nuevo mecanismo de tortura implementado por los funcionarios del régimen en la sede caraqueña de la DGCIM, el cuestionado cuerpo represivo mencionado en el crudo informe publicado por la ONU en junio.
A través de su cuenta en Twitter, Suju, reveló que la tortura medieval del sarcófago, adaptada a la actualidad, es aplicada a los presos políticos venezolanos. “El cuarto mide 60x60x2.75 de alto, donde las víctimas permanecen horas o días, con las manos atadas o no, y un pote para orinar”, dijo la abogada en su perfil de Twitter.
La abogada defensora de Derechos Humanos publicó una lista de funcionarios que se suman a los 63 detallados en el informe de la Misión Internacional Independiente de las Naciones Unidas, pertenecientes a este cuerpo de seguridad del régimen de Nicolás Maduro. “Ellos son: Torturador #64 May Contreras (Jefe de Custodios), Torturador #65 teniente Miguel Villegas (alias Psicólogo) Torturador #66 Sargento Mayor de tercera Daniel Aranguren (Alias Tiniebla), Torturador #67 capitán Ostos; Torturador #68 agente Jonathan Martínez”.
La jurista aseguró que todos estos funcionarios al mando del general Carlos Enrique Teran Hurtado, encargado de Dirección Especial de Investigación Penal y Criminalística, el teniente coronel Alexánder Enrique Granko Arteaga y el general Iván Hernández Dala, jefe de la Guardia presidencial y jefe de la contrainteligencia, someten a sus víctimas a “asfixia, angustia, debilidad y desmayo”.
Esta forma de tortura no fue detallada en el informe de la ONU en junio de este año. La misión de las Naciones Unidas documentó valiosa información sobre los métodos de tortura implementados por funcionarios de los organismos de seguridad del estado, especificamente el DGCIM, contra militares y personas asociadas.
El informe sugirió que los métodos de tortura de la DGCIM evolucionaron entre 2014 y 2020, con una agudización de la violencia desde el 2017, año en el cual se ejecutaron intensas protestas contra el régimen de Nicolás Maduro.
Los actos de tortura y malos tratos documentados por la misión de expertos independientes de la ONU son:
• Golpes fuertes con bastones y objetos afilados, dejando marcas visibles, huesos rotos y órganos dañados.
• Esposas excesivamente apretadas que provocan cortes en las muñecas.
• Asfixia con sustancias tóxicas y en agua.
• Posiciones de estrés conocidas como “el pulpo” y “las crucifixiones”.
• Condiciones de luz constantes, aislamiento en cuartos oscuros durante días.
• Prohibición del uso o el acceso a los baños, mantener el/la detenido/a con ojos vendados.
• Violencia sexual y basada en género, incluyendo desnudez forzada, amenazas de violación y violación.
• Cortes y mutilaciones incluyendo en la parte inferior de los pies y las uñas.
• Choques eléctricos en partes sensibles del cuerpo (incluyendo los genitales).
• Privación de comida y agua, comer del suelo, alimentación forzada de heces.
• Tortura psicológica, incluyendo amenazas de muerte a la víctima y a sus familiares.
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