Hace dos años Venalum quedó en cero. Una falla en Guri tras una mala maniobra dejó a todo el país sin luz, incluida la estatal del aluminio, que paralizó las escasas 56 celdas que aún permanecían activas. Aunque el corte eléctrico fue el golpe que terminó de liquidar la producción en ese entonces, ya la estatal venía en caída libre consecuencia de 10 años de mala gerencia.
En el momento del apagón, Venalum operaba 6,1% de un total de 905 celdas, ahora sin los recursos que en otrora dejaban los ingresos petroleros y los récords de producción, los trabajadores tratan de levantar de a poco la operatividad.
Un empleado dentro de la planta, que prefirió no identificarse, señaló que reactivar las labores en la empresa trató de hacerse sin repuestos e inversión lo que llevó a que, apenas el 30 de enero del 2020, lograran arrancar las primeras dos celdas.
Señaló que estas celdas permitieron producir aluminio y los ingresos para ir sumando celdas, hasta llegar a las 74 activas luego de dos años. El trabajador, quien habla positivamente de la reactivación de la compañía, declaró que desde la administración del expresidente Pedro Tellechea hasta la actual de Wolfgang Coto, la gerencia y administración han mejorado porque conocen la reductora y saben cómo funciona.
Coto, quien llegó a la empresa en septiembre de 2020, ha ocupado cargos como supervisor de turno, jefe de departamento, gerente de colada, gerente general humano social y gerente general de planta. Tomó la empresa con 32 celdas activas y ha logrado reactivar 42 más.
“La gestión no ha avanzado más porque no hay recursos, no hay insumos (…) nosotros estamos esperando que nos den para seguir avanzando”, dijo. Subrayó que necesitan más independencia debido a que los recursos los maneja la CVG y no les permiten, de acuerdo con lo que se produce, volver a invertir para seguir incorporando celdas.
Pero la realidad de Venalum ya se advertía desde hace varios meses. Fidel Brito, jubilado de la estatal, advertía en septiembre del 2020 que pese a que Coto conocía la empresa, las limitantes económicas y manejarse bajo las directrices del gobierno harían cuesta arriba reactivar la producción. “Un presidente sin autonomía, sin dinero, no puede hacer nada”, decía en ese entonces.
Para el trabajador dentro de planta, que la empresa pueda trabajar de forma más independiente con sus recursos es la opción más viable tanto para la CVG, el Gobierno, los trabajadores y la empresa. “Nosotros con un 80, 75% de nuestro material que nosotros tengamos y negociemos, vamos a ser autosustentables, dándole ganancias al Estado”, afirma.
La planta de carbón está produciendo el 50% de lo que requiere la compañía pues no se le hace mantenimiento desde hace más de 10 años, comentó. Mientras tanto los proyectos de recuperación de Venalum los tiene la CVG y los trabajadores esperan que se autoricen y entreguen los recursos para cambiar los equipos dañados.
Ante los pocos recursos y la falta de insumos, el aluminio ha sido intercambiado por insumos como alquitrán, coque, cloruro y equipos móviles, mientras que en el patio tienen cerca de 11 mil toneladas a la espera de compradores. “Estamos esperando que vengan los inversionistas (compradores de aluminio), porque necesitamos mínimo arrancar en este año 180 celdas”, cuenta.
Para el empleado de la estatal es fundamental que se invierta, se deje trabajar sin impedimento a los requeridos y que se mantenga a la actual gerencia para enrumbar la compañía.
La administración de las empresas básicas ha pasado por muchas inconsistencias, pese a que desde el gobierno se crearon corporaciones del aluminio y del acero en busca de reemplazar a la CVG, estas nunca funcionaron. Hoy en día con Tareck El Aissami como ministro de Industrias, la corporación ha tomado espacios para retomar el control perdido y con ello el poder dentro de las industrias.
La mala gerencia
La caída de la producción en Venalum comenzó desde hace 12 años, el presidente en ese entonces, Hugo Chávez, obligó a apagar 360 celdas de reducción de aluminio por la crisis energética que enfrentaba el país. Después de eso todo fue decayendo.
Las empresas y los trabajadores empezaron a usarse como arma política en la que se priorizaron intereses partidistas, antes que la producción y la eficiencia. Además de esto, la falta de vigilancia en el manejo de recursos y la designación de directivas sin la experiencia necesaria terminó llevando a la estatal al suelo.
Ahora ya con unas empresas produciendo por debajo de niveles eficientes, el gobierno ha señalado que todo se debe a las sanciones y a la “guerra económica”. Pese al discurso oficialista, el trabajador recriminó que la empresa llegó a esas condiciones, no por la guerra económica, sino porque se les dio recursos -incluidos los del Fondo Chino- a personas que no estaban en capacidad de gerenciar y que al final no terminaron invirtiendo en la estatal. “Esa fue la principal debacle de CVG Venalum”, dijo.
“Hablar de guerra económica ahorita es una falta de respeto”, insistió. “Nosotros no recibimos esa inversión (…) esas fueron inversiones que se le dieron a un control obrero disfrazado, porque ese control obrero eran sindicalistas a quienes le dieron plata para que administraran a su antojo”.
Mejoras para los empleados
El trabajador afirma que dentro de las plantas laboran reutilizando mascarillas y guantes, porque la CVG es la que compra y la que paga estos insumos y el proceso no es eficiente. Afirmó que los empleados operan bajo estas condiciones con la esperanza de que las condiciones mejoren.
Comentó que deberían cobrar de acuerdo con la producción de la empresa, aunque estima que lo que vendrá será una imposición de convención colectiva para continuar con la entrega de bonos. “Estamos cabizbajos, estamos preocupados, pero no tenemos con quién pelear”, dijo haciendo referencia a que más allá de la gerencia, este tipo de decisiones son políticas de Estado, como pasó con el sector petrolero.
Señaló que han entregado propuestas para que de acuerdo con la producción se vaya atendiendo a los trabajadores en sus necesidades, pero insiste, en que eso dependerá de que se permita aumentar la producción bajo la propia administración de la empresa.
Esperan que sigan incluyendo trabajadores
“Después de estar en cero desde hace año y medio tener ahorita 74 celdas es una luz que se abre en la producción de Venalum y lo que uno aspira para todas las empresas, que vuelvan a su productividad total”, afirmó Fernando Serrano, secretario de Trabajo y Reclamo.
Pero insistió en que se deben reintegrar todos los trabajadores para recuperar las 905 celdas. “Eso se hace con el esfuerzo de todo el personal, con sus transportes, comedores abiertos y con sus contratos colectivos”, dijo.
Señaló que con la producción de las celdas activas tiene que invertirse para seguir recuperando otras celdas y plantas como las de carbón. Instó a Coto a escuchar la exigencia de los trabajadores por el reintegro a las plantas y las atenciones con el seguro HCM.
“Ojalá le haga caso a lo técnico y no a la política”, acotó. “La política en los últimos 20 años en esa empresa ha sido la consecuencia de hoy tener 74 celdas después de haber tenido hasta el año 2009, 905 celdas y 440 mil toneladas de producción”, dijo Serrano.
Por otro lado, denunció que no se están garantizando los equipos de bioseguridad y la dotación como corresponde. “Con esta nueva cepa que está llegando al estado Bolívar urge la necesidad de ponerle más atención a los implementos de seguridad industrial”, subrayó.
No creen en la gerencia
Algunos dirigentes sindicales y expertos de las empresas básicas han insistido en que sin un cambio de gobierno, inversión de privados, seguridad jurídica y un plan integral que atienda los servicios básicos y a la población, será imposible recuperar las industrias.
Un especialista del sector aluminio que prefirió mantenerse bajo anonimato, señaló que bajo esta gerencia difícilmente podrán recuperar la reductora. “Ahí están los números”, dijo haciendo referencia a las celdas activas.
“Si no pudiste mantener lo que tenías, si no lo pudiste hacer cuando tenías el dinero del Fondo Chino, ahora que estás limpio ¿qué vas a hacer? nada, no se va poder hacer nada”, insistió.
Para que la empresa pueda recuperar la totalidad de sus celdas, el especialista consideró que será necesaria la inversión de privados, un cambio político bajo un gobierno que dé señales claras o un cambio radical en las políticas de Maduro, lo que considera sería más complicado ante la falta de financiamiento.
Para el especialista el deber ser es que hubiesen creado dos empresas más de reducción de aluminio durante estos 20 años, sobre todo cuando en el mundo las grandes empresas están comprando “aluminio verde”, producido por energía renovables. Estima que solo un 25% del aluminio que se produce en el mundo cumple estas características y Venalum forma parte de este porcentaje.Señaló que Venalum debería estar operando al 100% y que hay que dejar de ver como bueno las pocas celdas que están activas. “Tú no construyes una empresa para tener el 20% nada más, no tiene sentido (…) que tenemos 80 celdas, pero es que son 905 ¿por qué tenemos que retroceder? si más bien la población aumenta”, señaló.
“Todas las empresas andan buscando este aluminio verde, Venezuela puede producir aluminio verde porque tiene hidroelectricidad y estamos dejando perder esa oportunidad (…), ese aluminio ahorita tiene un valor internacional superior porque los está buscando todo el mundo”, lamenta.
Venalum, al contrario de Alcasa, tiene sus celdas aún instaladas y con esperanzas de que puedan reactivarse. Quedan ahora los cuestionamientos de si podrá hacerse bajo las políticas del gobierno que, aunque ahora busca abrirse camino a la privatización de algunas empresas del Estado, solo ha traído retroceso para las industrias y malas condiciones de vida para los trabajadores.
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